Hoy en nuestro recorrido explicativo por las sagradas escrituras, hemos llegado al capítulo número 11 del libro de Nehemías. En este capítulo, se nos muestra la distribución de los territorios y responsabilidades entre los habitantes de Jerusalén y otras ciudades de Judá. También se destaca la importancia de la organización y el cumplimiento de las responsabilidades dentro del pueblo de Dios.
El capítulo comienza mencionando que los jefes del pueblo habitaban en Jerusalén, mientras que el resto del pueblo echaba suertes para determinar quiénes vivirían en la ciudad sagrada. Aunque Jerusalén era considerada santa, muchos preferían vivir en el campo y acercarse al templo ocasionalmente. Sin embargo, hubo algunos que se ofrecieron voluntariamente para vivir en Jerusalén, y se les agradeció por su disposición.
El texto continúa detallando las distintas responsabilidades dentro del pueblo de Judá, desde los jefes de provincia hasta los levitas, sacerdotes y servidores del templo. Cada uno cumplía su función con vigor y dedicación, demostrando su compromiso con Dios. También se destaca la importancia de la organización en la iglesia, con responsabilidades bien establecidas y líderes respetables.
Este recuento de las responsabilidades pasadas tiene como propósito recordar a la nueva generación su legado y la importancia de seguir cumpliendo las responsabilidades de manera ordenada y dedicada. Asimismo, nos invita a reflexionar sobre cómo estamos desempeñando nuestras responsabilidades en nuestras iglesias y en nuestras vidas personales. ¿Estamos organizados? ¿Cumplimos nuestras responsabilidades con vigor y dedicación? ¿Somos representantes dignos de Cristo en nuestras comunidades?
Es importante recordar que cada uno de nosotros tiene un talento o habilidad que ha sido dado por Dios, y debemos ponerlo al servicio de Él. Sea cual sea nuestro don, podemos utilizarlo para glorificar a Dios y edificar a nuestra comunidad de fe. Al igual que Asaf, quien tenía el don de la música y comenzaba las alabanzas y acciones de gracias en el templo, debemos utilizar nuestros dones y talentos para honrar a Dios y servir a los demás.
A su vez, este pasaje nos recuerda que somos parte de una gran familia de fe y que estamos continuando la obra de aquellos que nos precedieron. Debemos valorar y honrar el legado recibido y seguir creciendo y fortaleciendo nuestra fe para llevar adelante la misión de la iglesia. Esto implica no rebajar la norma, mantenernos organizados, cultos que sean reverentes y dedicados a la oración y al estudio de la Palabra de Dios.
En conclusión, el capítulo 11 de Nehemías nos enseña sobre la importancia de la organización, el cumplimiento de responsabilidades y el uso de nuestros dones y talentos para la gloria de Dios. Nos reta a evaluar cómo estamos desempeñando nuestras responsabilidades en nuestras iglesias y en nuestras vidas personales, y nos anima a continuar la obra que otros han comenzado antes que nosotros. Es una invitación a ser cristianos vigorosos, dedicados y principescos en nuestra vida espiritual y en la casa del Señor.
Espero que este pasaje de la Biblia haya sido de edificación para ti y te motive a reflexionar sobre cómo estás cumpliendo tus responsabilidades en tu iglesia y en tu vida personal. Te invito a seguir explorando la Biblia y a leer otros artículos de nuestro sitio web para seguir creciendo en el conocimiento de la Palabra de Dios y fortalecer tu fe.
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