Honrando las fiestas sagradas: Levítico 23 explicado

El Libro de Levítico ocupa un lugar central en los cinco libros de Moisés, flanqueado por Génesis y Éxodo por un lado, y por Números y Deuteronomio por el otro. Al igual que el santuario era el centro del culto de Israel, el libro de Levítico contiene la instrucción dada respecto de aquel culto. Es el evangelio en embrión, con el cual podemos comprender mejor el Nuevo Testamento. Sin él, algunas partes de los Evangelios y de las Epístolas estarían cubiertas de oscuridad y tinieblas. Por lo tanto, el libro de Levítico debe ocupar su lugar legítimo en el armazón de las verdades que debemos predicar hoy.

En nuestro recorrido explicativo por la Biblia, nos detendremos en el capítulo 23 del libro de Levítico. Es un capítulo reiterativo, que nos confirma los principios de interpretación de la Escritura. La Biblia es su propio intérprete, y Dios siempre repetirá sus mensajes con una escala mayor, con una explicación más amplia. Una verdad posterior no contradice una verdad anterior. Pero lo principal en el asunto de la interpretación de la Escritura, es que el centro del mensaje es Cristo Jesús. Todas las profecías, todas las enseñanzas, todos los capítulos de la escritura nos llevan a Cristo. Por eso, debemos ser minuciosos al momento de escudriñar la palabra, porque Cristo es el mensaje. Él es la palabra encarnada, y la escritura es su autorrevelación. Dios utilizó a hombres y mujeres, hombres cultos y hombres humildes, para que escribieran con sus propias palabras el mensaje de Dios, para que fuera entendido por todas las personas.

Antes de abrir la Biblia, vamos a acercarnos a Dios a través de la oración. Querido y amante padre, muchas gracias porque con libertad podemos abrir tu palabra, estudiarla, meditarla, vivirla y compartirla. Ayúdanos a hacer tu voluntad dondequiera que estemos y en cualquier circunstancia. Gracias porque tú nos ayudas y nos fortaleces en nuestra debilidad. En el santo y bendito nombre de Cristo Jesús.

Levítico 23 es un capítulo reiterativo. Dios va a repetir, con una mayor escala, con mayor información, con una explicación más amplia, lo que ya hemos estudiado en capítulos anteriores. Específicamente en Éxodo 23 y en Éxodo 34. Vamos a estudiar este mismo mensaje en capítulos posteriores, tanto en el libro de Números como en Deuteronomio. Un mensaje que se repite más de tres veces es extremadamente importante. Si Dios se toma el tiempo de repetir un mismo mensaje y le va dando ampliación para que sea más claro, más entendible, es porque este mensaje es de gran relevancia para nuestra vida espiritual.

Veamos cómo comienza este capítulo 23: «Dijo el Señor a Moisés: «Habla a los israelitas y diles: «Estas son las fiestas establecidas por el Señor, en las que convocarán asambleas santa, y ofrecerán al Señor ofrendas quemadas».»»

Si hacemos un repaso por Éxodo 23 y Éxodo 34, incluso por la explicación de Levítico 16, nos daremos cuenta de que Dios solicitó que tres veces al año se hicieran fiestas solemnes. ¿Cuáles eran esas tres fiestas? La Pascua, Pentecostés y la Fiesta de las Cabañas. Estas tres celebraciones eran importantes, las cosechas también jugaban un papel fundamental en esta celebración. Las fiestas era un agradecimiento por la obra del Señor a lo largo de todo el año. Estas fiestas tenían el propósito de acercar a las personas a Dios, de que la persona pudiera renovar su vida espiritual, de que su mente estuviera lúcida y todo lo que hiciera le permitiera conocer la voluntad del Todopoderoso.

La fiesta no era simplemente un motivo de efervescencia, de satisfacer un placer momentáneo, una alegría pasajera. Las fiestas solemnes tenían como propósito acercar a las personas a Dios y renovar su vida espiritual. Ciertamente, la fiesta era un motivo de gozo, de alegría, de compartir, de camaradería, de amor fraternal. Y estas fiestas le mostraban al pueblo la bondad de Dios.

La primera fiesta que se menciona en el capítulo 23 es el día de Reposo, el Sábado: «Dijo el Señor a Moisés: ‘Habla a los israelitas y diles: «En el séptimo mes, el día diez del mes, haréis sonar las trompetas. Será un día de reposo, en que convocaréis a una santa asamblea y presentaréis una ofrenda quemada al Señor»‘. Los siete primeros días del mes serán como un tiempo de preparación. El día diez del mes se hará sonar las trompetas. Será un día de reposo, una asamblea santa. No hagáis ningún trabajo servil, presentaréis una ofrenda quemada al Señor. Todos los años, este será un día de reposo perpetuo para todas las generaciones, dondequiera que habitéis.» (Versículos 23-31).

La segunda fiesta que se menciona en el capítulo 23 es la Pascua: «El Señor Dios habló a Moisés y le dijo: ‘Habla a los israelitas y diles que, en el primer mes de cada año, celebren la Pascua, la fiesta de los panes sin levadura y la fiesta de las primicias de la cosecha’. Durante siete días, no deberéis hacer ningún trabajo servil. El primer día y el séptimo día serán días de descanso, en los que se presentarán ofrendas quemadas al Señor. El primer día, se mustiará fruto de árboles hermosos y siete días se regocijarán delante del Señor vuestro Dios» (Versículos 1-8).

La tercera fiesta que se menciona es el Pentecostés: «El Señor Dios habló a Moisés y le dijo: ‘Habla a los israelitas y diles que, en el día 50 después del séptimo sábado, celebren la fiesta de Pentecostés. Durante siete días, no deberéis hacer ningún trabajo servil. El primer día y el octavo día serán días de descanso, en los que se presentarán ofrendas quemadas al Señor. Estos dos días marcarán el inicio y el fin de la fiesta de la cosecha» (Versículos 15-22).

Por último, se menciona la fiesta de las Cabañas: «El Señor Dios habló a Moisés y le dijo: ‘Habla a los israelitas y diles que, en el día 15 del séptimo mes, celebren la fiesta de las Cabañas. Durante siete días, no deberéis hacer ningún trabajo servil. El primer día será un día de descanso y el octavo día será un día de descanso. Presentaréis ofrendas quemadas al Señor durante todos estos días» (Versículos 33-36).

Estas son las fiestas establecidas por el Señor en el libro de Levítico. Son momentos de celebración, de adoración, de gozo, de agradecimiento. Son momentos en los que debemos recordar la fidelidad y el amor de Dios hacia nosotros. Son momentos en los que nos acercamos más a Dios y nos renovamos espiritualmente. Son momentos en los que Dios nos recuerda su plan de salvación y nos muestra su voluntad para nuestras vidas.

En conclusión, las fiestas establecidas por el Señor en el libro de Levítico son momentos de celebración, adoración, gozo y agradecimiento. Nos acercan más a Dios y nos renuevan espiritualmente. Son recordatorios de la fidelidad y el amor de Dios hacia nosotros. Son oportunidades para aprender y crecer en nuestra fe. Que podamos celebrar y disfrutar de estas fiestas, recordando siempre que el centro del mensaje es Cristo Jesús. Él es el camino, la verdad y la vida. A Él sea toda la gloria y la honra.

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