En este artículo web, continuaremos nuestro recorrido por las sagradas escrituras, centrándonos en el capítulo 4 del libro de Esther. En el capítulo anterior, presenciamos un decreto de muerte emitido contra el pueblo judío por parte de Amán, con el respaldo del rey Asuero de Persia. Este decreto se emitió debido a que Mardoqueo se negó a postrarse ante cualquier otra deidad que no fuera Jehová Dios. Aunque el nombre de Dios no se menciona explícitamente en el libro de Esther, sabemos que los judíos fieles solo adoraban a Jehová.
El capítulo 4 comienza con la reacción natural de Mardoqueo ante esta situación. Aunque mantenía sus principios, Mardoqueo era un ser humano con emociones y reaccionó con tristeza y luto. Se vistió de saco y ceniza y clamó en la ciudad. Esta reacción refleja la preocupación y la tristeza que sentimos cuando enfrentamos adversidades.
En este capítulo, vemos cómo Mardoqueo no es el único afectado por el decreto de muerte. En todas las 127 provincias del reino persa, los judíos experimentaron tristeza, ayuno, llanto, lamento y se vistieron de saco y ceniza. Esto demuestra que había muchos judíos que estaban dispuestos a ser obedientes a Dios y enfrentar las consecuencias por guardar sus mandamientos.
Esther, la reina judía en el palacio de Persia, se entera de la tristeza de Mardoqueo a través de sus doncellas y eunucos. Ella intenta enviarle ropa para que cambie su apariencia, pero Mardoqueo se niega a cambiar su postura hasta que el decreto sea revocado. Luego, Esther se entera de lo que está sucediendo y envía a su eunuco, Ataque, para averiguar más detalles.
En esta conversación entre Mardoqueo y Ataque, Mardoqueo revela la gravedad de la situación y exhorta a Esther a que intervenga ante el rey. Mardoqueo señala que si Esther decide callar, la liberación y salvación vendrá desde otro lugar, pero ella y su familia perecerán. Esto muestra la importancia de la intervención de Esther y cómo su papel puede marcar la diferencia en la vida de su pueblo.
Esther, consciente de los riesgos, decide reunirse con los judíos en Susa y llama a un ayuno de tres días y tres noches. Ella y sus doncellas también ayunarán antes de que ella vaya a ver al rey, incluso si no es conforme a la ley. Esther muestra valentía y determinación al estar dispuesta a arriesgar su vida por su pueblo. Su actitud refleja el sacrificio de Cristo por nosotros y su disposición a enfrentar la muerte para ser obedientes al Padre.
En este pasaje, vemos la importancia de tener un remanente que guarda los mandamientos de Dios y cómo la intercesión de Cristo nos salva de la muerte espiritual. Satanás, representado por Amán, busca destruir al pueblo de Dios, pero a través de Cristo, podemos ser justificados y recibir salvación.
Este relato de Esther fortalece nuestra fe y nos llena de esperanza. Aunque enfrentemos tiempos de crisis y desafíos, debemos recordar que Dios está con nosotros y que su amor y salvación son eternos. Podemos confiar en la intercesión de Cristo y depender del Espíritu Santo para guiarnos hacia la verdad y fortalecernos en nuestra debilidad.
En conclusión, el capítulo 4 del libro de Esther nos muestra la importancia de la valentía y la disposición de intervenir por los demás. Esther, quien representa a Cristo, intercede ante el rey en favor de su pueblo, al igual que Cristo intercede ante el Padre por nosotros. Podemos encontrar fuerza y esperanza en este relato bíblico y confiar en que Dios nos guiará y nos dará la victoria en medio de cualquier crisis.
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