Abramos juntos la palabra de nuestro Dios y descubramos los tesoros que el Señor ha revelado para nosotros en este día. Hoy exploraremos los capítulos del 10 al 12 del libro de Levítico. En estos pasajes, encontraremos las leyes y regulaciones que Dios dio a Moisés y a Aarón para enseñar al pueblo de Israel sobre la santificación y pureza.
Capítulo 10: La ofrenda y la muerte
En este capítulo, vemos cómo los hijos de Aarón, Nadab y Abiú, presentaron un fuego profano ante el Señor, lo cual no les había sido mandado. Como consecuencia, el fuego salió violentamente de la presencia del Señor y los consumió. Moisés entonces instruyó a Aarón y a sus otros hijos, Misael y Elzafán, a que sacaran los cuerpos fuera del campamento. Aarón y sus hijos debían mantenerse sin luto, para no provocar la ira del Señor sobre la congregación.
Capítulo 11: Leyes sobre los animales
En este capítulo, el Señor le da a Moisés instrucciones sobre qué animales son considerados puros e impuros para el consumo por parte del pueblo de Israel. Los animales rumiantes de pezuña hendida, como las vacas y las ovejas, son considerados puros y pueden ser consumidos. Sin embargo, animales como el camello, el cerdo y la liebre, que no tienen pezuña hendida o no son rumiantes, son considerados impuros y no deben ser comidos. Del mismo modo, algunos animales acuáticos, aves y reptiles también son considerados impuros.
Capítulo 12: La purificación de la mujer después del parto
En este capítulo, se establecen las leyes sobre la purificación de una mujer después de dar a luz. Durante siete días, si da a luz a un varón, la mujer queda impura como durante su período menstrual. Al octavo día, el niño es circuncidado. Luego, la mujer debe esperar 33 días para purificarse de su sangre. Si da a luz una hija, la mujer queda impura durante dos semanas y debe esperar 66 días para purificarse. Después de cumplir con los días de purificación, la mujer debe traer una ofrenda al sacerdote como expiación para ser declarada limpia.
Estas leyes y regulaciones que encontramos en los capítulos del 10 al 12 de Levítico son importantes para el pueblo de Israel en su camino hacia la santidad y la pureza. Nos enseñan la importancia de acercarnos a Dios de una manera santa y reverente, siguiendo sus mandamientos y absteniéndonos de lo que Él considera impuro.
Como cristianos, podemos extraer lecciones de estas enseñanzas del Antiguo Testamento. Aunque no estamos bajo la ley de Moisés, podemos ver en estas leyes y regulaciones el deseo de Dios de que seamos santos, separados del mundo y consagrados a Él. El llamado a la pureza y la santificación sigue siendo relevante para nosotros hoy en día.
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