Descubriendo la verdad en las palabras del Señor

En este artículo exploraremos los capítulos del 7 al 9 del libro del profeta Jeremías en la Biblia. Estos pasajes contienen mensajes y advertencias del Señor al pueblo de Judá y a Jerusalén en particular. El Señor le habla a Jeremías para que transmita su mensaje a la gente, instándolos a mejorar sus caminos y obras.

En el capítulo 7, el Señor le ordena a Jeremías que se ponga a la puerta del templo y predique este mensaje al pueblo que entra para adorar: «Mejoren sus caminos y obras, y los dejaré habitar en este lugar». El Señor les advierte que no confíen en palabras de mentira que dicen: «¡Templo del Señor, templo del Señor, templo del Señor!», creyendo que su mera presencia en el templo les garantiza seguridad y bendición. En cambio, el Señor les insta a mejorar sus caminos y obras, a hacer justicia, a no oprimir al extranjero, al huérfano ni a la viuda, a no derramar sangre inocente y a no adorar a dioses ajenos.

El Señor advierte que si no siguen estas instrucciones y continúan confiando en palabras engañosas, Él los echará de su presencia y castigará el lugar y a su pueblo. La casa que lleva su nombre se convertirá en una cueva de ladrones. El Señor ha visto todas las malas acciones del pueblo y, por tanto, los juzgará.

En el capítulo 8, Jeremías lamenta por Jerusalén y el pueblo de Judá. Le duele ver el pecado y la rebelión del pueblo, su rechazo a la palabra del Señor y su persistencia en el engaño. No hay hombres que se arrepientan de su mal y continúan corriendo tras sus propios deseos y consejos malvados. El Señor advierte que traerá serpientes y víboras sobre el pueblo como castigo por su pecado.

En el capítulo 9, Jeremías sigue lamentándose por el estado de Judá y Jerusalén. Clama por lágrimas y llanto, ya que el pueblo ha abandonado la ley del Señor y ha seguido los caminos del engaño. Jeremías señala que no hay nadie sabio o valiente que deba jactarse de su sabiduría o valentía, sino que solo debe enorgullecerse de conocer y entender al Señor.

En resumen, estos capítulos de Jeremías nos muestran la dura advertencia del Señor al pueblo de Judá y a Jerusalén. Les insta a mejorar sus caminos y obras, a no confiar en palabras engañosas y a adorar a Dios correctamente. Si no siguen estas instrucciones, enfrentarán la ira y el castigo del Señor.

Es importante que reflexionemos sobre estas advertencias y apliquemos los principios que encontramos en estos pasajes a nuestras propias vidas. Podemos aprender de las malas acciones y elecciones del pueblo de Judá y evitar caer en los mismos patrones de pecado y rebeldía. Además, hay que recordar que toda la Escritura fue escrita para nuestra enseñanza, para que por medio de la paciencia y el consuelo que encontramos en ella, podamos tener esperanza (Romanos 15:4).

Si te gustó este artículo, te invitamos a que explores otros contenidos en nuestra web para seguir aprendiendo y creciendo en tu conocimiento de la Biblia. Mantengámonos abiertos a la palabra de nuestro Dios y descubramos los tesoros que el Señor tiene revelados para nosotros cada día.

¡Atrévete con nuestro Trivial! – ¿Eres un experto en la Biblia?

EMPEZAR QUIZ