En nuestro recorrido explicativo por las sagradas escrituras, llegamos al capítulo 5 de El primer libro de Samuel. En el capítulo anterior vimos cómo los filisteos se llevaron el arca de Dios después de derrotar a los israelitas. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que habían cometido un gran error al llevar el arca a su tierra.
Los filisteos colocaron el arca en el templo de Dagón, su dios principal. Pero al día siguiente, encontraron a Dagón postrado en el suelo frente al arca. Intentaron levantarlo, pero al día siguiente, Dagón volvió a caer y esta vez su cabeza y sus manos fueron cortadas. Además, los filisteos comenzaron a sufrir de tumores y enfermedades en todo su territorio.
Ante estas señales de castigo divino, los filisteos decidieron deshacerse del arca y la enviaron a otra ciudad. Sin embargo, el castigo de Dios los siguió y también sufrieron de tumores y enfermedades en esta nueva ciudad. Finalmente, enviaron el arca a otra ciudad, pero esta vez los habitantes se negaron a aceptarla por temor a sufrir el mismo castigo.
Esta historia nos enseña que el poder de Dios está por encima de cualquier dios falso. Aunque los filisteos reconocieron la grandeza de Dios, no se arrepintieron ni cambiaron su forma de vida. En el tiempo del fin, aquellos que se opongan a los mandamientos de Dios también sufrirán las consecuencias de su desobediencia.
Apocalipsis capítulo 16 habla de las plagas que caerán en el tiempo del fin. Estas plagas afectarán a aquellos que adoren a la Bestia y desobedezcan los mandamientos de Dios. Sin embargo, aquellos que sean fieles a Dios y sigan sus mandamientos estarán protegidos por él.
Por lo tanto, es importante aprovechar este tiempo de gracia que aún tenemos. Debemos arrepentirnos de nuestros pecados y vivir de acuerdo a la voluntad de Dios. Aunque las plagas pueden ser dolorosas, podemos confiar en la protección de Dios y levantar nuestras manos en agradecimiento por todo lo que ha hecho por nosotros. No debemos ser rebeldes como los filisteos, sino humillarnos ante Dios y buscar su perdón.
En resumen, la historia de los filisteos y el arca de Dios nos muestra la importancia de reconocer la grandeza de Dios y arrepentirnos de nuestros pecados. En el tiempo del fin, aquellos que desobedezcan los mandamientos de Dios sufrirán las consecuencias, mientras que los fieles estarán protegidos por él. Aprovechemos este tiempo de gracia para cambiar nuestra vida y vivir de acuerdo a la voluntad de Dios.
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