Bienvenidos a este artículo, donde exploraremos el libro del Génesis, específicamente los capítulos 36 al 38. En estos capítulos, se enumera la genealogía de Esaú, así como algunas historias relacionadas con Judá y su nuera Tamar.
El linaje de Esaú
Comenzamos nuestro recorrido con la genealogía de Esaú, el hermano de Jacob. Esaú se casó con mujeres de la región de Canaán, incluyendo Ada, hija de Elon el hitita, y Oholibama, hija de Anah e hija de Sibon el heveo. A través de estas mujeres, Esaú tuvo varios hijos, incluyendo Elifaz, Reuel, Jeús, Jalám y Core. Estos hijos de Esaú se convirtieron en los jefes de diversas tribus en la tierra de Edom.
La historia de José
Después de la genealogía de Esaú, volvemos nuestra atención a la historia de José. José era el hijo favorito de Jacob, lo cual causaba envidia en sus hermanos. Un día, José tuvo un sueño en el que sus hermanos se inclinaban ante él, lo que aumentó la envidia y el odio de ellos hacia él. En un intento de deshacerse de José, sus hermanos lo vendieron como esclavo a unos ismaelitas, quienes lo llevaron a Egipto.
En Egipto, José fue vendido a Potifar, un oficial de Faraón. Sin embargo, a pesar de estar lejos de su familia, Dios estaba con José y le dio éxito en todo lo que hacía. Sin embargo, debido a una acusación falsa, José fue encarcelado injustamente en la cárcel de Faraón.
Mientras José estaba en la cárcel, Dios le permitió interpretar los sueños de dos de los prisioneros, el copero y el panadero del rey. Sus interpretaciones resultaron ser correctas, y José pidió al copero que se acordara de él cuando fuera liberado. Sin embargo, el copero se olvidó de José y pasaron dos años antes de que alguien se acordara de él.
Finalmente, el faraón tuvo un sueño que nadie pudo interpretar, y fue entonces cuando el copero recordó a José y recomendó al faraón que lo llamara. José interpretó el sueño del faraón y predijo una próxima sequía. Impresionado por sus habilidades, el faraón lo nombró gobernador de Egipto y lo puso a cargo de almacenar alimentos para enfrentar la sequía.
La historia de Judá y Tamar
Luego, nos adentramos en la historia de Judá y Tamar. Judá tuvo tres hijos: Er, Onán y Selá. Er se casó con Tamar, pero murió antes de tener descendencia. Según la costumbre de aquel tiempo, Onán debía casarse con Tamar y darle descendencia en nombre de su hermano, pero se negó a hacerlo y también murió. Judá le prometió a Tamar que le daría a su tercer hijo Selá cuando este creciera, pero no cumplió su promesa.
Desesperada por tener un descendiente y obedecer las costumbres de su tiempo, Tamar se disfrazó de prostituta y sedujo a Judá. Como prenda de garantía, Judá le dio su anillo, su manto y su bastón. Después de quedar embarazada de Judá, regresó a su vida normal y cuando llegó el momento de dar a luz, tuvo gemelos llamados Pérez y Zéraj.
Esta historia de Judá y Tamar es una muestra de la importancia de la descendencia en la cultura de aquel tiempo, así como del poder de Dios para cumplir sus promesas incluso a través de circunstancias difíciles y acciones pecaminosas de los seres humanos.
Conclusión
En conclusión, estos capítulos del Génesis nos presentan la genealogía de Esaú, así como la historia de José y la historia de Judá y Tamar. Estas historias nos enseñan valiosas lecciones sobre la fidelidad de Dios, la importancia de cumplir las promesas y las consecuencias de nuestros actos.
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