¡Bienvenidos una vez más a este artículo web en el que continuaremos nuestro recorrido por las Sagradas Escrituras! En esta ocasión, nos adentraremos en el último capítulo del libro de Josué, donde encontraremos la segunda parte de su discurso de despedida. Josué, siendo ya un anciano y consciente de su inminente muerte, expresa su amor paternal hacia la generación de Israel que se está levantando. Su deseo es que todo el pueblo cumpla los planes divinos y camine en obediencia a la voluntad de Dios.
Antes de adentrarnos en este capítulo, me gustaría recordarles que tendremos un curso de profecía apocalíptica los días 20, 21, 27 y 28 de agosto. Si estás interesado en participar, sólo debes comunicarte conmigo a través del número de contacto o correo electrónico que se encuentra al final de este artículo.
Volviendo al capítulo 24, Josué reúne a todas las tribus de Israel en Siquem, un lugar importante en la historia del pueblo de Dios. Allí, Josué convoca a los ancianos, jueces y oficiales para escuchar su discurso y recordarles su historia pasada. Comienza narrando la historia desde Abraham y cómo sus antepasados adoraban a otros dioses en la tierra de Ur de los caldeos. Sin embargo, Dios sacó a Abraham de aquel lugar y lo guió a la tierra de Canaán, dando a Isaac y Jacob como sus descendientes.
Jacob y sus hijos tuvieron que descender a Egipto debido a una hambruna, pero Dios los liberó y los llevó a la tierra del amorreo. A lo largo de su peregrinaje, enfrentaron batallas contra varios enemigos, pero Dios los entregó en sus manos y les dio posesión de la tierra. Josué recuerda cómo Dios envió avispas para debilitar a los amorreos antes de la llegada de Israel.
En medio de todo esto, Josué exhorta al pueblo a reverenciar y servir al Señor con integridad y verdad. Les insta a quitar los dioses a los cuales habían servido en el pasado, tanto en Ur de los caldeos como en Egipto, y a inclinar su corazón hacia el Señor. El pueblo responde con firmeza, reconociendo que el Señor es quien los liberó de Egipto y ejecutó grandes señales ante ellos.
Josué les advierte que no pueden servir al Señor si no están dispuestos a quitar los dioses ajenos de su vida. Dios es celoso y requiere nuestra completa obediencia. El pueblo ratifica su compromiso de servir al Señor y Josué sella un pacto con ellos. Además, escribe todas estas palabras en el libro de la ley de Dios y levanta una piedra como testimonio de este compromiso.
Durante el discurso de Josué, también se menciona la muerte de Josué y la sepultura de sus huesos, así como la muerte de Eleazar, hijo de Aarón. Este libro culmina con el recordatorio de que los huesos de José fueron llevados desde Egipto y sepultados en Siquem.
En conclusión, este último capítulo del libro de Josué nos presenta un llamado a servir al Señor con integridad y sinceridad, dejando todo aquello que nos separe de su voluntad. Es un recordatorio de la fidelidad de Dios a lo largo de la historia de Israel y la importancia de hacer nuestra elección personal de servir al Señor. Como Josué, debemos tomar decisiones conscientes de poner a Dios en primer lugar en nuestras vidas y hogares.
Espero que este resumen te haya sido útil y te invito a explorar otros artículos de nuestra web para seguir profundizando en el conocimiento de la Biblia. ¡Dios te bendiga y te guarde!
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