¡Bienvenidos al artículo web de Esperanza Digital y Estudio! En este artículo continuaremos explorando las Sagradas Escrituras, centrándonos en el capítulo 17 del libro de Josué. En este capítulo, se habla de la distribución de tierras y algunas particularidades de la tribu de Manasés.
Manasés era la tribu primogénita de José y le correspondió una porción de tierra debido a su linaje. Sin embargo, se menciona en el versículo tres que una de las familias de Manasés, la de Zelofehad, no tenía hijos varones, solo hijas. Las hijas de Zelofehad, llamadas Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirza, se acercaron a Josué y le recordaron la promesa de herencia que Dios había hecho a su padre. Josué tomó en cuenta su reclamo y les otorgó una porción de tierra entre sus hermanos de tribu.
Este evento demuestra el respeto y el derecho que Dios otorga a las mujeres. En una época en la que las mujeres tenían menos derechos y estaban relegadas a las decisiones de los hombres, estas mujeres reclamaron lo que consideraban justo y recibieron su herencia. Dios se preocupa por las mujeres y respeta sus derechos en todas las épocas.
El capítulo también habla sobre los límites de Manasés y cómo se encontraba en la parte norte de Efraín hasta el mar. Sin embargo, se menciona que todavía había ciudades ocupadas por los cananeos y que la tribu de Manasés no pudo echar a los cananeos de esas ciudades.
Esto lleva a una reclamación por parte de los hijos de José, la tribu de Efraín y la media tribu de Manasés. Ellos se acercaron a Josué y le pidieron más territorio debido a que eran una tribu numerosa. Sin embargo, Josué les respondió que eran un gran pueblo y tenían el poder para expulsar a los cananeos de esas tierras.
La lección que se puede extraer de este capítulo es la importancia de confiar en Dios y tener fe. A pesar de las dificultades y los obstáculos, Dios siempre está dispuesto a ayudarnos a conquistar nuestros territorios, ya sean físicos o espirituales. No debemos conformarnos con lo que tenemos, sino tener la valentía de luchar y confiar en Dios para obtener lo que nos corresponde.
Como pueblo de Dios, tenemos el poder de ser más que vencedores. Tenemos la promesa de que Dios está con nosotros en todo momento y nos ayuda a superar cualquier obstáculo que se nos presente. No debemos temer al futuro, sino recordar cómo Dios nos ha conducido en el pasado y confiar en Su poder para el presente y el futuro.
En conclusión, este capítulo de Josué nos enseña la importancia de confiar en Dios y tener fe para conquistar nuestros territorios. También nos muestra el respeto y el derecho que Dios otorga a las mujeres, demostrado a través del reclamo de las hijas de Zelofehad. No debemos conformarnos con lo que tenemos, sino luchar con valentía y confiar en Dios para obtener lo que nos corresponde. Recordemos siempre que somos el ejército de Dios y con Su ayuda, podemos ser más que vencedores.
¡Que Dios te bendiga y te guarde! Nos vemos en nuestro próximo artículo en Esperanza, el canal de las Sagradas Escrituras.
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