Las piedras del recuerdo: guía para un rumbo seguro

En el libro de Josué, se relata cómo Josué erigió doce piedras en Guild Gal como un recordatorio para el pueblo de Israel. Estas piedras tenían un significado especial, ya que representaban la conducción milagrosa de Dios en la experiencia de Israel. Esto nos enseña la importancia de recordar y valorar el pasado, ya que es a través de la historia que encontramos nuestra identidad y propósito.

La Biblia es un libro histórico que narra una serie de eventos, desde la creación hasta la segunda venida de Jesús. Cada uno de estos eventos tiene un significado especial y nos recuerda la fidelidad de Dios a lo largo de la historia. La pérdida de perspectiva histórica es una amenaza real para las iglesias, ya que cuando olvidamos el pasado, perdemos nuestra identidad y propósito.

En el ámbito judío-cristiano, muchas iglesias han perdido de vista la trascendencia de estas remembranzas, lo que les hace perder el rumbo y estar a la deriva en un mar de incertidumbre. La falta de identidad conduce a la extinción de la misión y el propósito. Si no sabemos quiénes somos en relación con el plan de Dios, ¿cómo podemos contarle al mundo nuestra historia y nuestro mensaje?

El adventismo no es ajeno a esta tentación del olvido. La escritora Ellen G. White, en su experiencia como sierva del Señor, advirtió sobre esta peligrosa tendencia. Ella nos insta a recordar la manera en que Dios nos ha conducido y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada. Al repasar la historia, podemos ver cómo Dios ha obrado en nuestra iglesia y confiar en Su dirección para el futuro.

Es crucial que recordemos nuestras propias «piedras del recuerdo» como iglesia adventista. Si descuidamos nuestra historia, sufrirán las consecuencias. Perderemos nuestra identidad y propósito, y caminaremos sin rumbo en un mar de incertidumbre.

La historia de la iglesia adventista está llena de momentos significativos y experiencias que han moldeado nuestra identidad. Tenemos la responsabilidad de preservar y honrar estas piedras del recuerdo. Al hacerlo, fortalecemos nuestra fe, recordamos la fidelidad de Dios y encontramos un rumbo firme para el futuro.

Invito a todos los miembros de la iglesia adventista a reflexionar sobre nuestra historia y a valorar la conducción de Dios en nuestras experiencias pasadas. A través del estudio de la historia y la reflexión sobre los momentos clave de nuestra iglesia, podemos fortalecer nuestra identidad y propósito.

Además, es importante recordar que el conocimiento de nuestra historia nos capacita para enfrentar los desafíos del presente y del futuro. Al conocer de dónde venimos y cómo Dios ha obrado en el pasado, podemos confiar en que Él nos guiará en los tiempos difíciles y nos dará sabiduría para enfrentar los retos que se presenten en el camino.

En conclusión, recordar nuestra historia como iglesia adventista es esencial para fortalecer nuestra identidad y propósito. A través de nuestras propias «piedras del recuerdo», podemos apreciar la conducción milagrosa de Dios en nuestra historia pasada y confiar en Su dirección para el futuro. Invito a todos los miembros de la iglesia a estudiar y valorar nuestra historia, para así encontrar un rumbo firme y cumplir con nuestra misión de proclamar el mensaje del evangelio al mundo.

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