Proclamando el Evangelio Eterno: Misión y Alcance Mundial

SantaBiblia.es presenta lecciones de Esperanza: la guía de estudio de la Biblia con el equipo de Santabiblia.es. Y por todo el mundo, así se titula la lección para este día. Vamos a leer nuevamente el capítulo número 14, versículo número 6. Vi otro ángel que volaba por en medio del cielo con el evangelio eterno, para predicarlo a los que habitan en la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo.

¿Cuál es el alcance de la proclamación de este evangelio eterno y por qué es importante para nosotros comprender nuestra misión y el llamado como iglesia?

Hermanos, todo el mundo, cualquier persona, tiene el derecho y la oportunidad de conocer este mensaje. No somos nosotros quienes decidimos quién lo recibe y quién no. Todos tienen la posibilidad, y contamos con herramientas para que llegue a muchos lugares. Tenemos medios de comunicación alternativos, teléfonos, contacto persona a persona, compañeros de estudio, compañeros de trabajo, literatura, material, libros, radio, televisión. Hay muchas maneras de que cualquier persona, en cualquier idioma, pueda conocer el evangelio eterno según el mensaje urgente para el tiempo del fin.

El primero de estos tres Ángeles es el evangelio eterno que debe ser proclamado a toda nación, tribu, lengua y pueblo. Es una misión tan grande, tan inmensa, tan abarcante y tan completa que ocupa toda la atención, exige nuestros mejores esfuerzos y requiere un compromiso total. Nos saca de la preocupación de nuestro interés personal a la pasión del servicio a Cristo.

Para predicar el evangelio, necesitamos dedicarle tiempo. Tiempo que podríamos dedicar a otra cosa, pero este mensaje es tan importante y nos ha servido tanto en nuestra vida, que queremos dedicar tiempo para compartirlo con otras personas. Esto nos inspira a algo más grande que dedicarnos simplemente a nosotros mismos. Nos saca de los estrechos confines de nuestra mente a una visión mucho más amplia y completa.

Abramos una vez más nuestras Biblias y vayamos a la gran comisión de Mateo, capítulo 28. Cuando Jesús estaba por ascender al cielo, hizo unas declaraciones que siguen siendo relevantes hoy en día. Vamos a leer los versículos 19 y 20:

«Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.»

Estos versículos encajan perfectamente con el mensaje del primer Ángel. Este evangelio eterno debe llegar a todas partes. Nos lleva a aceptar el sacrificio de Cristo, entender que somos justificados por sus méritos y que nuestra obediencia debe ser resultado de esa fe y confianza en el Señor. Nadie se salva por obediencia, pero la obediencia nos ayuda a mantenernos en la salvación, a conservar lo que hemos recibido por gracia.

En el mensaje de los tres Ángeles, se hablará también acerca de los mandamientos de Dios. Y el Señor Jesús dijo: «Enseñad a las personas a obedecer todo lo que os he mandado». En ningún momento Jesús contradijo lo que estaba escrito en las escrituras, al contrario, él decía que estaba escrito y cumplido de acuerdo a las escrituras. Así, uniendo el evangelio de Jesucristo con el Evangelio del Antiguo Testamento, tenemos la verdad presente, el evangelio eterno que no cambia.

En su libro titulado «En busca de más: vivir para algo más grande que tú», el autor David Ruiz analiza la necesidad psicológica de que cada ser humano sea parte de algo más grande que sí mismo. Dice: «Los seres humanos fueron creados para ser parte de algo más grande que su propia vida. El pecado hace que reduzcamos nuestra vida al tamaño de nuestra vida. La gracia que recibimos de Cristo es para rescatarnos de los confines claustrofóbicos de nuestro propio reinicio centrado en nosotros mismos, y nos libera para vivir para los propósitos eternos y los deleites satisfactorios del Reino de Dios».

A veces nos cerramos en nosotros mismos, en un reino tan pequeño como nuestra propia condición. Pero si pensamos en que tenemos una obra y que el Señor nos ha dado el privilegio de compartir lo que Él ha hecho por nosotros, nuestra esfera crece. Manifestamos el amor de Dios y revelamos lo que el Señor ha hecho en nuestras vidas. Queremos que otros puedan disfrutar lo que nosotros estamos disfrutando.

Formar parte de algo más grande que nosotros mismos es inspirador, satisfactorio y gratificante. Y esto es lo que significa ser parte de un movimiento divino providencialmente instaurado por Dios, para llevar a cabo una tarea mucho más grande y amplia que cualquier ser humano podría lograr por sí mismo.

La comisión que Dios nos da, descrita en Apocalipsis 14, es la tarea más grande jamás encomendada a un pueblo. Es un llamado ferviente a entregar nuestra vida a la tarea más grandiosa del cielo, para revelar el amor incomprensible de un Dios justo antes del regreso de Cristo. Podemos entender a ese Dios Todopoderoso a través de lo que Cristo ha revelado y hace en nuestras vidas. Nuestro testimonio público muestra lo que el Señor ha hecho por nosotros y lo compartimos con otras personas.

Esta es una experiencia que fortalece nuestra fe y nos llena de esperanza. Espero que estemos viviendo realmente el evangelio eterno. Y si no, hoy es el día de oportunidad, el día del cambio, el día de la transformación. Vale la pena vivir lo que estamos viviendo en este momento. Esto es parte del evangelio eterno, parte del mensaje de salvación: compartir lo que el Señor ha hecho y darle la oportunidad a otros de disfrutarlo también.

En este canal, tenemos el gran desafío de llegar a muchos hogares y asegurar que el mensaje que se proclama es el evangelio eterno, sin espinas, sin mensajes ocultos, sin intereses ocultos. Nuestro propósito como canal, como familia, como ministerio, es que puedas conocer la gracia del Señor, que puedas conocer el evangelio eterno, la verdad presente para este tiempo. Compartimos lo que vivimos y lo que Dios ha hecho por nosotros. Queremos que disfrutes y compartas lo que estamos disfrutando.

¿Cuál ha sido tu experiencia al formar parte de algo más grande que tú? ¿Cómo te ayuda a entender el argumento del estudio de hoy, que tenemos una responsabilidad de compartir y enseñar? ¿Cómo podría ser más grande el hecho de que el Creador del cosmos te use para marcar una diferencia eterna en el universo? Dios no nos necesita, pero se complace en darnos esa responsabilidad. Puedes experimentar el evangelio eterno y vivir para algo más grande que tú. ¡Vale la pena!

¡Atrévete con nuestro Trivial! – ¡Demuestra que eres un Héroe Bíblico!

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