En nuestro recorrido explicativo por las Sagradas Escrituras, hoy llegamos al capítulo 14 del primer libro de Reyes. En este capítulo, encontramos la continuación de la historia de Jeroboam, el rey del Reino del Norte de Israel. Jeroboam, a pesar de haber sido elegido por Dios para gobernar Israel, se volvió un hombre idolatra y desobediente. En este capítulo, vemos cómo la enfermedad de su hijo lleva a Jeroboam a buscar la orientación de un profeta.
Jeroboam envía a su esposa disfrazada al profeta Ahías, quien le había profetizado al principio de su reinado. Aunque el profeta Ahías ya no podía ver, Dios le revela que ella es la esposa de Jeroboam y le da un mensaje duro: Dios castigará a Jeroboam por su desobediencia y romperá su reinado en Israel. También se pronuncia un juicio sobre la casa de Jeroboam, diciendo que todos los hombres serán destruidos y la posteridad de Jeroboam será barrida.
La esposa de Jeroboam vuelve a casa y, como se le había dicho, su hijo muere. Israel lo entierra y Jeroboam continúa en el trono. Sin embargo, tanto Jeroboam como su sucesor, Rehoboam, hijo de Salomón en Judá, son reyes malvados, perversos e idolatras, y ambos sufren las consecuencias de su desobediencia.
Esta historia nos muestra la importancia de vivir de acuerdo a la voluntad de Dios y no solo cumplir con formas de culto externas. Tener una relación personal y íntima con Dios es lo que realmente nos hace espirituales. Participar en actividades religiosas no nos salva, nuestra salvación viene a través de la fe en Cristo y nuestra relación personal con Dios.
También aprendemos la importancia del arrepentimiento y la obediencia. Jeroboam tuvo oportunidades para cambiar su rumbo, pero eligió vivir en desobediencia. Dios siempre nos brinda oportunidades para arrepentirnos y cambiar nuestra forma de vida, pero es nuestra elección tomar esa oportunidad o rechazarla.
En conclusión, debemos aprender de los errores de Jeroboam y Rehoboam y buscar vivir de acuerdo a la voluntad de Dios. Participar en actividades religiosas no nos hace espirituales, necesitamos tener una relación íntima con Dios y seguir su voluntad. Aprovechemos las oportunidades de arrepentimiento que Dios nos brinda y busquemos su guía y dirección en nuestras vidas.
Dios nos ayuda a vivir de acuerdo a su voluntad y nos da esperanza para una transformación verdadera. No esperemos hasta mañana, aprovechemos hoy para buscar a Dios y vivir de acuerdo a su voluntad.
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