En este artículo vamos a explorar el capítulo 3 del hermoso libro del Cantar de los Cantares. En este capítulo, la novia busca intensamente a su amado, anhelando aferrarse a él.
La novia declara: «De noche en mi lecho busqué al que ama mi corazón; lo busqué y no lo encontré. Me levanté y recorrí la ciudad buscando al que ama mi corazón; lo busqué y no lo encontré. Pregunté a los guardas que rondan la ciudad: ¿Habéis visto al que me ama?»
Esta búsqueda ferviente de la novia refleja también la necesidad de la iglesia, el pueblo de Dios, de buscar al Señor cada día en oración. A veces, podemos sentir que Dios está lejos de nosotros, que nuestras oraciones no son escuchadas. Buscamos respuestas en las personas que están más cerca de Dios, pero a veces no recibimos la respuesta que esperamos.
Es en esos momentos en los que necesitamos recordar que Dios siempre ha estado a nuestro lado, incluso cuando no lo sentimos. En el verso 4, la novia declara: «Apenas me alejé de ellos, encontré al que ama mi corazón.» Debemos alejar nuestra vista de las personas y pasar tiempo a solas con Jesús. Solo cuando lo encontramos y nos aferramos a él, podemos experimentar su amor y su presencia en nuestra vida.
No debemos permitirnos alejarnos de Dios. Una vez que reconocemos su presencia constante en nuestra vida, debemos llevarlo a lo más profundo de nuestro ser y permitir que guíe nuestro camino.
En el verso 5, la novia hace un llamado a las hijas de Jerusalén para que no despierten a su amor. Esto nos recuerda la parábola de las diez vírgenes en el evangelio de Mateo, donde algunas de ellas no tenían suficiente aceite en sus lámparas y se quedaron despiertas mientras esperaban al novio. Debemos estar preparados y llenos del Espíritu Santo, listos para recibir al Señor cuando regrese.
Este pasaje del Cantar de los Cantares también nos recuerda la majestuosidad de Salomón en su trono. Así como él tenía su trono rodeado de adornos esplendorosos, el Señor Jesús se encuentra en las mansiones celestiales, esperando el momento de llevar a su novia, la iglesia, a las bodas eternas.
Hoy es el día de buscar a Dios en ferviente oración, de llevarlo a nuestro hogar y tener una intimidad espiritual con él. A través del poder del Espíritu Santo, podemos experimentar la presencia de Dios en nuestras vidas y disfrutar de la comunión con él.
Te invito a que sigas explorando la Biblia y leyendo otros artículos en nuestro sitio web para aprender más sobre la palabra de Dios y estar al día con su enseñanza. Dios te bendiga en este día y que encuentres la intimidad y el amor de Dios en tu vida.
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