Israel dividido: la desobediencia trae consecuencias

Hoy llegamos al capítulo 12 del primer libro de Reyes, en el cual vemos las consecuencias de los errores y la desobediencia de Salomón, y cómo esto afecta al reino de Israel. Salomón, a pesar de haber sido el hombre más sabio, se desvió del plan de Dios y se olvidó de Él, lo que llevó a su corazón a ser influenciado por las mujeres y a adorar a otros dioses. Esta desobediencia quitó la protección de Dios al reino de Salomón. Sin embargo, Dios no permitió que los enemigos de Salomón afectaran el gobierno hasta después de su muerte.

Salomón murió sabiendo que su reino se fracturaría y que un hombre llamado Jeroboam ascendería al trono de Israel, dividiendo el reino en Israel hacia el norte, con 10 tribus, y Judá y Benjamín formando el reino del sur. A través de los libros de los Proverbios, Eclesiastés y Crónicas, sabemos que Salomón se arrepintió y volvió al Señor, pero las consecuencias de su desobediencia ya se estaban viendo.

Al morir Salomón, su hijo Roboam se convierte en el rey de Judá. Sin embargo, Jeroboam, que había huido a Egipto, regresó y reunió a todo Israel para proclamarse rey. El pueblo le pidió a Roboam que aliviara el yugo que su padre Salomón había puesto sobre ellos. Roboam consultó primero a los ancianos que habían estado con Salomón, quienes le aconsejaron que aliviara el yugo. Pero Roboam también consultó a sus amigos y se dejó llevar por su consejo, respondiendo duramente al pueblo y prometiendo aumentar su carga y sufrimiento.

El pueblo de Israel se apartó de la casa de David y Jeroboam fue nombrado rey sobre todo Israel, a excepción de Judá y Benjamín. Roboam intentó restaurar su reino, pero fue apedreado por el pueblo. Entonces, Dios envió a un profeta a Roboam y le dijo que no peleara contra sus hermanos, que volviera a su casa. El pueblo obedeció y Jeroboam estableció su reino en el norte, adorando a dioses falsos y construyendo altares y santuarios paganos. Por otro lado, en el reino del sur, Roboam también creó su propia religión, adorando a dioses falsos y alejándose de la ley del Señor.

Con la división del reino, la gloria de Israel comenzó a desvanecerse, pero Dios siguió manifestando su misericordia y designios benéficos, a pesar de la apostasía y las malas decisiones de los reyes. Siempre ha habido un remanente fiel y Dios preservará a aquellos que se mantengan firmes en su verdad y sigan sus mandamientos.

El capítulo 12 del primer libro de Reyes nos enseña la importancia de obedecer a Dios y seguir su voluntad, para evitar las consecuencias negativas de la desobediencia. También nos muestra la necesidad de ser fieles en medio de la apostasía y confiar en Dios, sin seguir las tradiciones o prácticas religiosas inventadas por los hombres.

En conclusión, este capítulo nos invita a reflexionar sobre nuestras decisiones y a buscar la guía de Dios en todo momento. Debemos aprender de los errores y desviaciones de aquellos que nos precedieron, para no repetirlos y seguir firmes en la fe. Dios siempre tiene un remanente fiel, y podemos ser parte de él si estamos dispuestos a seguir su voluntad y vivir de acuerdo a sus mandamientos.

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