Hola amigos, hoy hablaremos sobre un tema muy relevante: las señales del fin de los tiempos según el libro de Mateo. El miércoles se presenta como un día significativo en la vida de Jesucristo, ya que es cuando nos muestra las señales que precederán a su venida. Nos surge la pregunta: ¿Por qué no nos dice la fecha exacta de su regreso? La respuesta está en una historia que nos cuenta el pastor Euclides Colmenares.
La historia trata sobre un hombre que debía participar en la Segunda Guerra Mundial por un tiempo limitado. Antes de irse, le dijo a su familia que volvería en octubre. Su hijo pequeño, que no comprendía bien el concepto del tiempo, le preguntaba todos los días si ya era octubre. El padre decidió mostrarle cómo saber cuándo era octubre: cuando el árbol del patio perdiera sus hojas. Así, el niño estaría pendiente de la caída de las hojas y sabría que su padre regresaría pronto.
Esta historia nos enseña que, aunque el Señor no nos revele la fecha exacta de su venida, sí nos da las señales para que estemos preparados. En Mateo 24, encontramos estas señales, como guerras, hambrunas, terremotos y falsos profetas. Estas señales nos indican que estamos viviendo en los últimos tiempos y debemos estar preparados.
Además, en Mateo 25, Jesús nos presenta tres parábolas con mensajes significativos para este tiempo: la parábola de los talentos, la parábola de las diez vírgenes y el juicio a las naciones. Estas parábolas nos enseñan lecciones importantes para los creyentes en los últimos tiempos.
En la parábola de las diez vírgenes, se nos habla de una demora aparente antes de la venida del Señor. Mientras esperamos, debemos estar preparados, alimentándonos de la Palabra y orando. Debemos guardar nuestro aceite espiritual para el momento en que nos cansemos y caigamos en un sueño espiritual. Solo aquellos que han guardado suficiente aceite podrán entrar al banquete celestial.
En la parábola de los talentos, se nos enseña la importancia de poner nuestros dones al servicio de Dios. Debemos utilizar y multiplicar los talentos que Él nos ha dado, en lugar de esconderlos por miedo o falta de confianza. Aquellos que hacen buen uso de sus talentos son recompensados, mientras que aquellos que no los utilizan son castigados.
Finalmente, en el juicio a las naciones, se nos dice que nuestro testimonio y nuestra manera de servir a los demás son fundamentales en el tiempo del fin. No basta con predicar con palabras, también debemos predicar con nuestras acciones. Ayudar a los necesitados, visitar a los enfermos y estar presentes para los demás son formas de predicar el evangelio en acción.
Así que la invitación para nosotros es estar atentos a las señales, estar preparados en esta demora aparente y utilizar nuestros dones al servicio del Señor. Nuestro testimonio es una forma poderosa de predicar el evangelio en estos tiempos finales. Que el Señor nos bendiga y nos ayude en esta tarea.
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