En este artículo, continuamos explorando el libro de Esdras en la Biblia, específicamente los capítulos del 4 al 6. En estos pasajes, nos encontramos con la historia de los enemigos de Judá y Benjamín que intentaron frustrar la reconstrucción del templo de Jehová en Jerusalén.
Los enemigos se acercaron a Sora-babel y los jefes de familia con la intención de unirse en la construcción del templo, alegando que también buscaban al Dios de Israel. Sin embargo, Sora-babel y los líderes de la comunidad judía rechazaron esta propuesta, afirmando que solo ellos debían construir la casa de su Dios, tal como les había mandado el rey Ciro de Persia.
Ante esta negativa, los enemigos del pueblo judío comenzaron a intimidarlos y a sobornar consejeros para frustrar sus planes de construcción. Esta oposición continuó durante el reinado de Ciro y hasta el reinado de Darío, rey de Persia.
En el reinado de Artajerjes, los enemigos del pueblo judío volvieron a escribir cartas acusatorias, esta vez dirigidas a Artajerjes y redactadas en Arameo. En estas cartas, denunciaban a Jerusalén como una ciudad rebelde que perjudicaría los intereses del rey si fuera reconstruida.
La carta fue leída ante Artajerjes, quien decidió investigar la veracidad de estas afirmaciones. Sin embargo, los enemigos del pueblo judío aprovecharon esta situación para detener la obra de reconstrucción mediante la fuerza y la violencia, por lo que la construcción del templo de Dios en Jerusalén quedó suspendida hasta el segundo año del reinado de Darío.
En medio de esta adversidad, los profetas Hageo y Zacarías alentaron al pueblo judío, recordándoles que debían continuar construyendo la casa de Dios con la ayuda del Señor. Inspirados por estas palabras proféticas, Sora-babel, Josué y Jesúa reiniciaron la construcción del templo.
En ese momento, Tatnai, gobernador del otro lado del río, se acercó a los judíos y les preguntó quién les había dado permiso para construir el templo y levantar los muros de Jerusalén. Sin embargo, los ojos de Dios velaban sobre los ancianos de los judíos y no permitieron que se detuviera la obra hasta que se consultara a Darío y se recibiera su respuesta.
Luego, Tatnai y sus compañeros enviaron una carta al rey Darío, donde informaron sobre la construcción de la casa de Dios en Jerusalén y pidieron instrucciones. Darío ordenó que se revisaran los archivos reales y se encontró una orden dada por Ciro para reconstruir el templo y devolver los utensilios sagrados que habían sido llevados a Babilonia.
Con esta evidencia, Darío respaldó la construcción del templo y ordenó a Tatnai y sus compañeros que apoyaran a los ancianos de los judíos en su obra. Además, el rey ordenó que se pagara puntualmente con fondos del tesoro real todo lo necesario para los sacrificios y el mantenimiento del templo.
Así, los ancianos de los judíos continuaron con la construcción y la finalizaron en el sexto año del reinado de Darío. Para celebrar la terminación del templo, hicieron una dedicación con gozo y ofrecieron sacrificios de pascua. Además, observaron la fiesta de los panes sin levadura durante seis días, agradeciendo a Jehová por haberlos fortalecido y inclinado el corazón del rey a favor de ellos.
Con este relato, llegamos al final de nuestro recorrido por los capítulos 4 al 6 de Esdras en la Biblia. Te invitamos a continuar explorando y estudiando las sagradas escrituras para obtener más enseñanzas y sabiduría. La Biblia es una fuente de consuelo y esperanza para todos nosotros, y a través de su paciencia y consuelo, podemos encontrar fortaleza en estos tiempos difíciles.
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