En el último capítulo del libro de Éxodo, se narra cómo Moisés y el pueblo de Israel finalmente levantan el santuario según las instrucciones de Dios. En el primer día del primer mes del segundo año, Moisés hizo levantar el santuario y colocó todos los muebles en su lugar, siguiendo al pie de la letra las indicaciones de Dios. El arca del pacto, la mesa, el candelabro, el altar del incienso, el altar del holocausto, la pila y todas las demás piezas fueron ubicadas conforme a lo establecido por Dios.
Después, Moisés ungió el santuario y todos sus utensilios con el aceite de la unción. También ungieron a Aarón y a sus hijos como sacerdotes, vistieron las vestiduras sagradas y realizaron la ordenación de los sacerdotes. De esta manera, los hijos de Aarón se convirtieron en sacerdotes para siempre, a perpetuidad.
La nube cubrió la tienda de reunión y la gloria del Señor llenó el santuario, impidiendo que Moisés pudiera entrar. A partir de ese momento, la nube y el fuego fueron guías permanentes para el pueblo de Israel. Durante el día, la nube cubría el santuario, y durante la noche, el fuego estaba a la vista de todo el pueblo. La presencia de Dios estaba con su pueblo en todas sus jornadas.
El libro de Éxodo muestra varios temas relevantes. Por un lado, vemos cómo Dios organiza a su pueblo y les da instrucciones detalladas para vivir en obediencia y ser una bendición para las demás naciones. También vemos cómo Dios está presente con su pueblo en todas sus jornadas, proveyendo para todas sus necesidades y mostrando su poder liberador y sustentador.
Otro tema importante es el pacto que Dios establece con su pueblo, un pacto que incluye promesas y condiciones. A pesar de las faltas y transgresiones del pueblo, Dios siempre está dispuesto a renovar el pacto y cumplir con sus promesas. El libro de Éxodo concluye destacando la fidelidad de Dios y su cumple principios que da como condiciones para obtener bendiciones.
Dios cumple sus promesas, pero el pueblo siempre tiene la opción de obedecer o desobedecer. A pesar de las veces que el pueblo de Israel se equivocó, podemos renovar nuestra experiencia espiritual y buscar ser fieles a Dios en todas nuestras jornadas. Dios siempre estará con nosotros si buscamos obedecerle y hacer su voluntad.
Que el señor te bendiga y te fortalezca en tu caminar con él.
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