En nuestro recorrido explicativo por las sagradas escrituras, hemos llegado al capítulo final del segundo libro de Crónicas. En este último capítulo, se nos habla acerca del reinado de los hijos de Josías y de cómo el reino de Judá fue sometido bajo el dominio de Egipto y posteriormente de Babilonia.
El capítulo comienza narrando cómo el pueblo de Judá coronó a Joacaz, hijo de Josías, como rey en lugar de su padre. Sin embargo, su reinado fue breve, ya que el rey de Egipto lo depuso y sometió al país a un tributo de plata y oro.
Necao, el rey de Egipto, puso a Eliaquín, hermano de Joacaz, como rey de Judá y le cambió el nombre a Joasías. Eliaquín reinó durante 11 años, pero hizo lo malo ante los ojos del Señor.
A partir de este punto, la historia se centra en el reinado de Joaquín, hijo de Joasías. Joaquín también fue un mal rey y se reveló contra Nabucodonosor, rey de Babilonia. Como consecuencia, el rey de Babilonia lo deportó a Babilonia junto con todos los utensilios y tesoros de la casa del Señor. Además, Nabucodonosor destruyó la casa de Dios, quemó la ciudad de Jerusalén y llevó a cabo una masacre en el templo y en los palacios.
Después de esto, el libro nos cuenta que el pueblo de Judá fue sometido bajo el dominio de Babilonia durante 70 años, tal como había sido profetizado por Jeremías. Sin embargo, al final del capítulo, nos habla de cómo el rey de los persas, Ciro, fue movido por el Señor para ordenar que los judíos regresaran a Jerusalén y reconstruyeran el templo.
En resumen, este capítulo final del segundo libro de Crónicas nos muestra cómo el reino de Judá cayó bajo el dominio extranjero, todo como consecuencia de la desobediencia del pueblo de Dios. Sin embargo, también nos muestra que Dios siempre tiene un remanente fiel, y que sus promesas se cumplen a pesar de las adversidades. Además, nos enseña la importancia de aprender de los errores del pasado y de confiar en Dios en todo momento.
En nuestro próximo artículo, continuaremos con el libro de Esdras, donde veremos cómo se lleva a cabo la reconstrucción del templo y el regreso del pueblo de Judá a Jerusalén después de los 70 años de cautiverio.
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