DEUTERONOMIO 10 – EXPLICADO | Renovación del pacto

En nuestro artículo de hoy, continuaremos nuestro recorrido explicativo diario por la Biblia, centrándonos en el capítulo 10 del libro de Deuteronomio. Antes de comenzar, queremos expresar nuestro agradecimiento a todos los que nos acompañan en este recorrido y forman parte de nuestra familia de esperanza. Gracias a su apoyo, hemos logrado llegar a 4 mil suscriptores y esperamos seguir creciendo. Para mostrar nuestro agradecimiento, ofrecemos una colección de 14 libros digitales en formato PDF, que te ayudarán a crecer espiritualmente. Puedes solicitar estos libros a través de nuestro correo electrónico, que se encuentra en la descripción de este artículo.

En el capítulo 10 de Deuteronomio, vemos la reafirmación del pacto que Dios había hecho con Israel. El capítulo comienza con Dios ordenando a Moisés que labre dos nuevas tablas de piedra, ya que las primeras fueron quebradas debido a la idolatría del pueblo. Moisés las labra y Dios escribe en ellas las mismas palabras que estaban en las primeras tablas. Esto demuestra que la palabra del Señor no cambia, los Diez Mandamientos son eternos.

Después de labrar las tablas, Moisés sube nuevamente al monte para encontrarse con Dios durante cuarenta días y cuarenta noches. Durante este tiempo, también recibe las instrucciones para la construcción del santuario. Después de este periodo, Moisés desciende del monte y pone las tablas en el arca del pacto.

El capítulo continúa relatando la muerte de Aarón y la partida de los israelitas hacia una nueva tierra. Dios elige a la tribu de Leví para llevar el arca del pacto y servir en su nombre. Esto demuestra que Dios no hace acepción de personas y que todos, no importa la tribu o nacionalidad, pueden ser parte del pueblo de Dios. Dios ama al extranjero y espera que su pueblo también lo ame y lo trate con amor y justicia.

En resumen, este capítulo nos enseña la importancia de reverenciar a Dios, amarlo y obedecer sus mandamientos. También nos muestra que Dios es el Dios de dioses y el Señor de señores, y que no hace acepción de personas. Debemos amar y respetar a los extranjeros y tratar a todos con justicia, ya que todos somos hijos de Dios y parte de su pueblo.

Este capítulo nos recuerda que la salvación está al alcance de todos y que todos podemos formar parte de la familia de fe. Independientemente de nuestras circunstancias y errores del pasado, Dios nos perdona y nos da la oportunidad de comenzar una nueva vida en Él. Nuestra responsabilidad es reverenciar a Dios, amarlo, obedecer sus mandamientos y ser testimonios vivientes de su amor y gracia.

Concluyendo, recordemos que formamos parte de una familia de fe y que cada uno de nosotros tiene un papel especial que desempeñar en esta familia. Como familia, debemos amarnos, respetarnos y apoyarnos mutuamente. Invitamos a los lectores a leer otros artículos de nuestra web para profundizar en el conocimiento de la Biblia y estar al día de las bendiciones que Dios tiene para nosotros.

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