En este artículo exploraremos los acontecimientos registrados en el segundo libro de Reyes, específicamente en los capítulos del 12 al 14. Estos relatos nos brindan valiosas enseñanzas y revelaciones de Dios para nuestras vidas. A medida que profundicemos en la Palabra de Dios, descubriremos tesoros espirituales que nos ayudarán a fortalecernos y tener esperanza en medio de las dificultades.
Comenzaremos con el reinado del rey Ocozías en Jerusalén. Durante su liderazgo, Ocozías hizo lo recto ante los ojos del Señor mientras fue dirigido por el sacerdote Joyada. Sin embargo, el pueblo seguía sacrificando y quemando incienso en los lugares altos. Joyada decidió utilizar el dinero de las ofrendas sagradas para reparar los portillos del templo que presentaban grietas.
No obstante, en el año 23 del reinado del rey Joás, los sacerdotes aún no habían reparado las grietas del templo. El rey confrontó a Joyada y le instó a utilizar el dinero exclusivamente para la reparación del templo. Joyada tomó un arca, la perforó y la colocó al lado del altar a la derecha, donde los sacerdotes depositaban el dinero traído a la casa del Señor. Cuando veían que había mucho dinero en el arca, el notario del rey y el sumo sacerdote contaban el dinero y lo utilizaban para pagar a los encargados de reparar el templo, carpinteros, albañiles y canteros.
Es importante destacar que el dinero destinado a la casa del Señor no se utilizaba para hacer objetos de valor, sino que se empleaba para llevar a cabo la obra de reparación del templo. Los sacerdotes cumplían su labor fielmente y no se les pedía cuentas, ya que confiaban en su fidelidad.
En otro contexto, el rey de Siria subió y peleó contra Gat, tomando la ciudad. Luego se preparó para atacar a Jerusalén. Ante esta amenaza, Joás tomó todas las ofrendas dedicadas por él y por sus padres, junto con todo el oro que encontró en los tesoros de la casa del Señor y del rey, y los envió al rey de Siria. A cambio, el rey de Siria se retiró de Jerusalén.
Más adelante, Joás fue asesinado por sus servidores en la casa de Milo. Su hijo Amasías ocupó su lugar en el trono de Judá. En Israel, el reinado pasó a manos de Joás hijo de Joacaz.
A lo largo de estos capítulos, podemos apreciar los sucesos históricos y las decisiones tomadas por los reyes de Judá e Israel. Algunos siguieron rectamente las sendas del Señor, mientras que otros se apartaron de los mandamientos divinos y cayeron en la idolatría. Dios, en su misericordia, intervino en diferentes ocasiones para proteger a su pueblo.
Este registro bíblico nos enseña que la obediencia y fidelidad a Dios son fundamentales para nuestra vida espiritual. Además, nos insta a buscar a Dios en todo momento y someternos a su guía y dirección. Debemos recordar que la Palabra de Dios fue escrita para nuestra enseñanza, para que, a través de la paciencia y el consuelo que encontramos en ella, podamos tener esperanza (Romanos 15:4).
Te animo a explorar más la Palabra de Dios y a leer otros artículos para profundizar en tu conocimiento de la Biblia. En ella encontrarás los tesoros que el Señor ha revelado para nosotros en este día. Que el estudio de la Palabra fortalezca tu fe y te ayude a vivir una vida conforme a los designios de Dios.
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