En este artículo exploraremos el capítulo 5 del libro de Apocalipsis, donde se menciona un libro sellado con el sello divino que nadie en el cielo ni en la tierra puede abrir. Es importante entender que ningún ángel, ser celestial o habitante de otro mundo puede representar a la humanidad en el juicio final de la tierra. Jesús, como el Cordero de Dios, es el único digno de abrir el libro y representa a la humanidad en el juicio final.
El libro de Apocalipsis revela que Jesús es tanto el León de la tribu de Judá como el Cordero sacrificado. Él es digno de abrir el libro porque pagó el precio del pecado de toda la humanidad al hacerse hombre. Juan contempla la respuesta final al problema del pecado cuando ve al Cordero que ha sido inmolado.
En el versículo 8, vemos cómo los seres celestiales, incluyendo a los ángeles y los ancianos, se postran ante el Cordero y le ofrecen adoración. Cantan un nuevo canto reconociendo que Jesús es digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fue muerto y con su sangre compró para Dios gente de toda raza y lengua, pueblo y nación.
Así, el universo responde con adoración al anuncio de que Jesús es el único digno de abrir el libro del juicio. Lo adoran y reconocen su poder, riqueza, sabiduría, fortaleza, honra, gloria y alabanza. El juicio final es una noticia increíblemente buena para el pueblo de Dios, ya que habla del fin del reino del pecado y la liberación del pueblo de Dios.
Jesús nos representa en el juicio, y sus méritos son lo que el Padre mira para justificarnos. Su vida perfecta y recta nos cubre, su justicia obra en nosotros para transformarnos y su gracia nos perdona y nos capacita para llevar una vida piadosa. El propósito del juicio no es mostrar lo malo que somos, sino revelar lo bueno que es Dios y lo mucho que ha hecho por nosotros.
Espero que este artículo te haya dado una nueva perspectiva sobre el libro de Apocalipsis y el juicio final. No tengas miedo, confía en que Jesús, el Cordero de Dios, te representa y abre el camino hacia la salvación. Que Dios te guíe a lo largo de este día y que encuentres aliento y esperanza en Su Palabra.
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