La lectura de los capítulos 34 al 37 del libro del profeta Isaías nos guía a profundizar en la Palabra de Dios y descubrir los tesoros revelados para nosotros. Estos capítulos nos muestran el juicio de Dios contra las naciones y su promesa de salvación y liberación para su pueblo.
Capítulo 34: Juicio contra las naciones
En este capítulo, Isaías revela el juicio de Dios contra todas las naciones y su ejército. El profeta exhorta a las naciones y a toda la tierra a escuchar atentamente las palabras de Dios. El Señor está indignado y destruirá a todas las naciones, haciendo que sus muertos sean arrojados y sus cadáveres sean descompuestos. Se describe una escena apocalíptica donde el cielo se plegará y el ejército del cielo se corromperá. Es un día de venganza y retribución para el Señor.
El profeta menciona que la tierra estará embriagada de sangre y su polvo se llenará de grasa. El juicio de Dios caerá sobre los impíos y su espada descenderá en juicio. Búfalos, toros y carneros caerán ante la ira del Señor. La tierra quedará asolada y habitada por aves y animales salvajes.
Capítulo 35: Salud y alegría en la tierra nueva
En este capítulo, Isaías nos muestra la promesa de Dios de salud y alegría en la tierra nueva. El desierto y la sequedad se alegrarán y florecerán como la rosa. Habrá sanidad y gozo. Los ojos de los ciegos se abrirán, los oídos de los sordos se oirán y los cojos saltarán como siervos.
El agua brotará en el desierto y los lugares secos se convertirán en estanques y manantiales. No habrá impureza ni maldad en el camino de santidad. Los redimidos del Señor caminarán por ese camino y gozarán de alegría y gozo perpetuos.
Capítulo 36: Senaquerib invade Judá
En este capítulo, se relata la invasión de Senaquerib, rey de Asiria, contra Judá. El rey de Asiria ataca todas las ciudades fortificadas de Judá y las toma. Envía al jefe mayor con un gran ejército a Jerusalén para enfrentarse al rey Ezequías. Las palabras de Senaquerib desafían la confianza de Ezequías en Dios y en su alianza con Egipto. Los siervos de Ezequías piden al jefe asirio que hable en arameo en lugar de hebreo para evitar el temor y la desesperanza del pueblo.
El jefe asirio blasfema contra Dios y desafía a Ezequías confiar en el Señor. Habla de los reinos que ha destruido y pregunta qué dios ha liberado alguna vez a su pueblo. Ezequías se aflige y rasga sus vestidos, luego envía a sus siervos a hablar con el profeta Isaías, quien les asegura que Dios protegerá a Jerusalén y derrotará al rey de Asiria. Isaías pronuncia una palabra de promesa y asegura que Dios escuchará y actuará en favor de su pueblo.
Capítulo 37: Dios promete librar a Judá
En este capítulo, Senaquerib, rey de Asiria, continúa amenazando y blasfemando contra el Dios de Israel. Ezequías recibe la carta de los mensajeros de Senaquerib y la lleva al templo, donde clama al Señor. Isaías envía un mensaje a Ezequías asegurándole que Dios derrotará a Senaquerib y lo hará volver a su tierra.
En medio de la crisis, Ezequías ora y reconoce que solo Dios puede salvar a Judá. Dios responde a su oración y envía un ángel que mata a 185,000 hombres en el campamento asirio. Senaquerib se retira y es asesinado posteriormente en su propio país. Dios muestra su poder y protege a su pueblo.
Estos pasajes nos enseñan acerca del juicio y la salvación de Dios. Nos recuerdan que debemos confiar en Dios y poner nuestra esperanza en él, incluso en medio de las amenazas y dificultades. Nos invitan a orar y clamar al Señor en nuestra necesidad, confiando en su fidelidad y poder para librarnos. Podemos encontrar consuelo y fortaleza en la Palabra de Dios y en su promesa de salvación.
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