Abramos juntos la palabra de nuestro Dios y descubramos los tesoros que el Señor tiene revelado para nosotros en este día. Continuamos con la lectura sistemática de la Biblia, hoy con los capítulos 5 al 7 del profeta Isaías.
Capítulo 5: La viña engañosa
En este capítulo, encontramos una parábola sobre una viña que representa al pueblo de Israel. El amado, que es Dios, tenía una viña en una ladera fértil. Había hecho todo lo necesario para que diese uvas buenas, pero en lugar de eso, dio uvas silvestres. Dios se dirige a los vecinos de Jerusalén y les pide que juzguen entre Él y su viña. ¿Qué más pudo haber hecho Dios por su viña y no hizo? Como castigo, la viña será abandonada y no recibirá cuidado alguno, creciendo espinas y zarzas. El pueblo de Israel, la viña del Señor, no cumplió con su propósito y, en su lugar, hubo injusticia y opresión.
El capítulo continúa con una serie de «ay de», que son declaraciones de desgracia o lamento. Ay de los que juntan casa con casa y añaden heredad a heredad hasta que no queda lugar habitar. En este tiempo, el Señor permitirá que muchas casas queden asoladas y las viñas produzcan muy poco. Ay de los que buscan la embriaguez y se entregan a los placeres sin pensar en la obra del Señor. Ay de los que llaman bueno a lo malo y malo a lo bueno. Ay de los sabios en sus propios ojos y de los que justifican al impío.
Dios advierte que su enojo está encendido contra su pueblo y seguirá extendiendo su mano sobre ellos. Sin embargo, también hay esperanza. En aquel día, cuando se haga justicia, los corderos serán apacentados y los campos desolados serán devorados por los cabritos. El Señor será exaltado en juicio y su gloria se manifestará.
Capítulo 6: Isaías ve al Señor
En este capítulo, Isaías relata una experiencia en la que vio al Señor sentado en un trono alto y sublime. Serafines adoraban a Dios y clamaban «Santo, santo, santo es el Señor todopoderoso». Isaías se da cuenta de su pecado y de su impureza, pero uno de los serafines toma una brasa del altar y toca sus labios, diciéndole que su culpa ha sido quitada.
Dios le pregunta a quién enviará como su mensajero, y Isaías responde: «Aquí estoy, envíame a mí». Entonces, Dios le dice que vaya y proclame su mensaje al pueblo de Israel. Sin embargo, les advierte que no escucharán ni entenderán, porque sus corazones están entorpecidos. Esta es una señal del juicio que vendrá sobre el pueblo. Isaías pregunta cuánto durará este juicio, y Dios le responde que será hasta que las ciudades estén desoladas y los caminos arruinados.
Capítulo 7: Aliento para el rey
En este capítulo, se relata un momento de crisis para el rey Acaz. Siria ha formado una alianza con Efraín y amenaza con atacar Jerusalén. Isaías es enviado a hablar con el rey y le asegura que no debe temer, porque esta conspiración contra él no tendrá éxito. Dios le ofrece una señal al rey, la cual es la concepción y nacimiento de un niño que será llamado Emmanuel, que significa «Dios con nosotros».
Isaías advierte al rey que si no cree, el juicio vendrá sobre él y su pueblo. También anuncia que el rey de Asiria será usado por Dios para castigar a Israel. Sin embargo, Dios protegerá a Judá y preservará un remanente que volverá a él.
En conclusión, estos tres capítulos de Isaías nos muestran tanto el juicio de Dios sobre su pueblo como su promesa de restauración. Aunque hubo desobediencia y pecado, Dios no abandonó a su pueblo por completo. Siempre hay una esperanza de redención y restauración si volvemos a Él.
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