En este artículo, continuaremos nuestro recorrido por el Evangelio según San Marcos, específicamente los capítulos 7 al 9. Aquí, Jesús se encuentra con los fariseos y los escribas, quienes lo cuestionan sobre las prácticas de sus discípulos. Los fariseos y los judíos tradicionalmente se lavaban las manos antes de comer, y notaron que los discípulos de Jesús no seguían esta tradición. Jesús les advierte a los fariseos sobre la importancia de no dejar de lado los mandamientos de Dios en favor de las tradiciones humanas.
Jesús también aborda la importancia del corazón y cómo lo que sale de él es lo que verdaderamente contamina a una persona. No es lo que ingresa al cuerpo a través de las manos o los alimentos, sino los malos pensamientos y acciones que surgen del corazón lo que realmente afecta a nuestra relación con Dios.
Continuando con su ministerio, Jesús se encuentra con una mujer griega de origen fenicio. Esta mujer le suplica que expulse a un demonio de su hija, y aunque inicialmente Jesús le dice que debe alimentar primero a los hijos, la mujer persevera y Jesús accede a su petición, liberando a su hija del demonio.
Después de esto, Jesús realiza varias sanidades, incluyendo la curación de un hombre sordo y tartamudo, y la sanación de un ciego. Estos milagros demuestran el poder y la compasión de Jesús hacia aquellos que sufren enfermedades y aflicciones.
En la segunda parte de los capítulos 8 y 9, Jesús predice su propia muerte y resurrección. También enseña sobre la importancia de negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguirlo. Jesús advierte que aquellos que se avergüencen de él y de sus palabras serán avergonzados cuando él regrese en la gloria de su Padre.
Finalmente, Jesús lleva a tres de sus discípulos, Pedro, Santiago y Juan, a presenciar su transfiguración en el monte. Allí, Moisés y Elías aparecen y conversan con Jesús. Pedro propone levantar enramadas para ellos, pero una nube los cubre y una voz celestial declara que Jesús es su Hijo amado. Después de esto, Jesús les pide que guarden silencio sobre lo que han presenciado hasta después de su resurrección.
En resumen, en estos capítulos del Evangelio según San Marcos, Jesús confronta las tradiciones humanas y enfatiza la importancia de mantener los mandamientos de Dios en lugar de seguir ciegamente las costumbres humanas. Jesús realiza milagros de sanidad y predice su propia muerte y resurrección. También enseña sobre la importancia de negarnos a nosotros mismos y seguirlo. Su transfiguración revela su divinidad y la voz celestial confirma su estatus como Hijo de Dios. Al leer estos pasajes, somos invitados a reflexionar sobre cómo podemos aplicar las enseñanzas de Jesús en nuestras propias vidas y cómo podemos seguirlo más de cerca en nuestro caminar con Dios.
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