Esther 10: Un mensaje de esperanza y confianza en Dios

En este artículo vamos a adentrarnos en el capítulo número 10 y capítulo final del libro de Esther. Hemos llegado al final de este maravilloso libro que, aunque no menciona a Dios por ningún lado, vemos a personas espirituales como Esther y Mardoqueo que confían en Dios. Si el hecho de que Dios no se mencione no quiere decir que no sea un libro inspirado. Su contenido escatológico es indiscutible, su mensaje es propicio para nosotros que estamos viviendo en el tiempo del fin, que estamos siendo atacados por nuestras convicciones.

Habían dos decretos: el decreto de muerte a los judíos y un decreto de defensa de los judíos contra sus enemigos. Entonces, una persona inteligente y cuerda dice: «No, yo aquí no, yo prefiero no meterme en este asunto». Lo más adecuado era el respeto, el respeto a la libertad religiosa. Y hoy en día, lamentablemente, que estamos viviendo en una sociedad de migrantes, los que somos migrantes aprendimos una palabra nueva que tampoco debió haber existido, como es la xenofobia. La xenofobia es el desprecio de aquellas personas que no pertenecen a nuestra región, sector o nacionalidad. Lamentablemente, yo, que soy venezolano y vengo saliendo de mi país, he vivido en el extranjero, como muchos otros venezolanos. Otros se han quedado quizás deseando salir pero no han podido por las circunstancias que viven. Esas circunstancias son las que hacen que las personas migren, no es el deseo de viaje. Así es, el deseo de viaje es maravilloso, recorres el planeta, pero lamentablemente las malas acciones y la actitud de muchos conciudadanos y personas de mi mismo país han hecho que todos seamos desacreditados. Así como ha habido judíos buenos, ha habido judíos malos. Así como ha habido en la historia personas buenas en diferentes países, también ha habido malas en todos los países del mundo. Así como Adán y Eva tuvieron dos hijos y uno decidió hacer la voluntad del Señor (Abel), otro decidió hacer su propia voluntad y matar a su hermano. Hay de todo, así como yo hoy día tengo tres hijos y cuando ellos sean adultos y ya no vivan conmigo, ellos tomarán sus decisiones. Hay cosas que se escapan de nuestras manos, pero todos tenemos la misma oportunidad para tomar decisiones según nosotros creamos que es la mejor decisión. Y Dios nos da dos opciones: el camino ancho o el camino estrecho, el camino que lleva a la perdición o el camino aparentemente difícil que no lo es porque el Señor allana nuestro camino. Entonces, nosotros hemos decidido obedecer a Dios y esperamos que eso se nos respete.

Evidentemente, yo voy a compartir lo que yo creo, como otras personas creerán otra cosa y lo compartirán. Pero a la final, es un compartir, cada quien decide lo que va a hacer. Entonces, el capítulo 10 muestra que el rey Asuero impuso tributo sobre la Tierra y a las islas del mar. Toda la obra de su fortaleza, de su valor y el relato de cómo engrandeció a Mardoqueo están escritos en los anales de los reyes de Media y de Persia. Como engrandeció Asuero a Mardoqueo, de la misma manera como el Padre celestial nos engrandeció. Ya somos grandes a la vista de Dios, humildes y sencillos en esta tierra, respetuosos. Mardoqueo siguió siendo respetuoso de todo el mundo. Mardoqueo no se llenó de ego por tener una responsabilidad, como no lo hizo José y no lo hizo Daniel. Nosotros tenemos seguridad en este momento de salvación, tiene que haber seguridad de salvación. Yo recuerdo cuando era muy joven, estaba en mi primer año de ministerio y me tocó ir a la ciudad de Caracas a evangelizar. Estaba yo muy novato, muchachito, tendría yo como unos 19 años en aquel entonces. Y alguien me preguntó directamente, desafiante: «¿Es usted salvo?». Y yo no supe qué responder porque había muchas cosas que a esa edad yo no entendía. Y yo pensaba que expresar seguridad de salvación estaba mal porque uno tiene errores y cosas que cambiar, y está en ese proceso de santificación. Yo respondí: «No lo sé, yo no sé si seré salvo». Pero a esta altura de mi vida, quiero decirles hermanos que he aprendido a confiar en el Señor y a tener seguridad de salvación por la gracia de Dios. Somos salvos, solo que debemos conservarnos en esa salvación, y cómo nos conservamos en la salvación: con la ayuda del Espíritu Santo, siendo obedientes a los mandamientos.

Tú hoy debes tener seguridad de salvación. Mardoqueo estaba en un puesto de responsabilidad y tenían que entender que estaba en un puesto de responsabilidad. Ya no era el portero de la esquina, seguía siendo humilde, seguía siendo respetuoso, pero ahora con una autoridad que se le había otorgado. Tú y yo tenemos autoridad. El libro de Apocalipsis dice que el Señor nos dará autoridad sobre las naciones. Tú no puedes estar tambaleando y dudando de que realmente lo que tú has creído es la verdad presente. No puedes dudar. A veces evitamos decir algunas cosas o mencionar algunas cosas para evitar la controversia, pero la verdad hay que decirla. Y en el mensaje de los tres ángeles, hay mensajes que se deben decir con voz pública, directa, como dice: «A gran voz temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado». Hay mensajes que se deben decir con voz pública, directa. Y como dicen algunos por allí, sin pelos en la lengua, tal cual como son. Pero en cuestión de religión, de iglesia, a veces hay que ser un poco más delicado. Sé que yo no menciono aquí la iglesia, y si hago alguna mención, es alguna mención general, no específica, porque cada quien va a defender su propia iglesia. El que nació católico va a defender el catolicismo, el que nació pentecostal va a defender el pentecostalismo, los que nacimos o nos hemos criado con la bendita esperanza del regreso del Señor Jesús nos llamaríamos adventistas, porque esperamos la venida de Cristo. Todo aquel que espera la venida de Cristo es un adventista. Pero decir a veces la palabra como tal, como quizás decir judío en el pasado era signo de desprecio, pero el testimonio de Mardoqueo mostró que realmente los judíos tenían una perspectiva diferente de la vida porque estaban viviendo de acuerdo al plan de Dios, por lo menos un pueblo remanente.

Si otros en el pasado han cometido errores, tenemos que saber que también en el pasado ha habido fieles. Por eso, quiero recomendarles este libro que se llama «El gran movimiento adventista». Lo tengo en físico y en digital, para los que viven fuera de Colombia se los puedo obsequiar en digital, y para los que están en Colombia se los puedo ofrecer en físico, para que lo tengan. Es importante conocer la historia de nuestro pueblo, de nuestra iglesia, saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. Mardoqueo sabía de dónde venía, conocía sus raíces, vivía de acuerdo a la voluntad de Dios, entendía también los errores de su pueblo pasado, y como él decidió ser diferente, Dios lo engrandeció.

Mardoqueo fue segundo después del Rey Asuero y grande entre los judíos, estimado por la multitud de sus hermanos, porque procuró el bien de su pueblo y la paz de todos sus descendientes. Hermanos, yo sé en quién he creído. Yo quiero terminar este libro de Esther y lo voy a hacer por primera vez. Yo me siento orgulloso, feliz de haber llegado al pueblo que guarda los mandamientos de Dios y tiene el testimonio de Jesucristo. Otros podrían decir: «¿Por qué no se hace judío, si el pueblo judío es el pueblo escogido?». Todos los seres humanos en este mundo tienen la oportunidad de salvación, solo que algunos tienen más responsabilidad que otros, unos tienen más luz que otros.

Yo quiero terminar este libro de Esther con el libro de Daniel. Vamos al libro de Daniel, al capítulo 12. Porque no podemos terminar este libro sin tener un mensaje escatológico adecuado. Cuando lleguemos al libro de Daniel, lo vamos a analizar en más detalle, pero hoy quiero culminar este libro mostrando lo que dice el libro de Daniel para el tiempo del fin, para ti y para mí. Dice el versículo número uno de Daniel 12: «En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que protege a tu pueblo. Será tiempo de angustia cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces, pero en aquel tiempo será librado tu pueblo, todos los que se hallan escrito en el libro. Porque Dios tiene un registro de todos sus fieles».

Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna y otros para vergüenza y confusión eterna. Entonces, los sabios resplandecerán con el fulgor del firmamento y los que enseñan la justicia, la multitud como estrellas a perpetua eternidad. Los sabios resplandecerán, los que enseñan la justicia.

Dios nos ha colocado en un sitio de responsabilidad para decirlo al mundo, para proclamarlo al mundo, para proclamar el mensaje de la verdad presente. Tú y yo somos una luz para todo el mundo. Vive de acuerdo a lo que Dios ha revelado a través de su palabra. No vivas porque otro lo dice, sino porque Dios te lo ha revelado. La revelación está aquí en las sagradas escrituras.

De esta manera, terminamos los libros históricos. Hemos repasado desde Génesis hasta el libro de Esther, todo el pentateuco y todos los doce libros de historia. Ha llegado el momento de empezar con los libros poéticos sapienciales, con el libro de Job. Así que quiero invitarte a que puedas suscribirte a este canal si aún no lo has hecho, que formes parte de esta familia y juntos podamos seguir creciendo en lo que Dios ha dejado para cada uno de nosotros. Te espero a partir de mañana con el libro de Job. Dios te bendiga y te guarde, hermano. Hagamos resplandecer su rostro y pongamos en él nuestra paz. No olvides dejar tus comentarios sobre el libro de Esther y cómo te ha parecido este recorrido por los libros históricos. ¡Bendiciones para todos!

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