Samuel 16 – Aytofel traiciona a David | El pecado de Absalón

Hoy en este artículo, continuaremos explorando el capítulo 16 del segundo libro de Samuel en la Biblia. En el capítulo anterior, vimos cómo Absalón se rebeló contra su padre, David, y decidió establecer su propio reino en Israel. David, en lugar de luchar contra su propio hijo, decidió huir con algunos seguidores y dejó algunas concubinas en la casa. También envió a los sacerdotes a llevar el arca de la alianza de regreso a Jerusalén y a su amigo Usay para obstruir los consejos de Ajitofel, quien apoyaba a Absalón.

En el comienzo del capítulo 16, vemos a Siba, el criado de Mefiboset, salir a recibir a David con provisiones. Llevaba consigo dos asnos cargados con pan, pasas, higos secos y vino. David se sorprendió y le preguntó a Siba qué significaba todo eso. Siba explicó que los asnos eran para que la familia del rey montara y que eran para ellos el pan, las pasas, los higos secos y el vino. La familia mencionada era la del difunto rey Saúl, y Mefiboset era el hijo de Jonatán, quien había quedado lisiado en la infancia debido a un accidente. David había mostrado misericordia y compasión hacia Mefiboset al adoptarlo y cuidarlo como parte de su familia. Sin embargo, Mefiboset había decidido apoyar a Absalón en su rebelión, creyendo que obtendría más de lo que David le había dado hasta ahora.

La respuesta de David a Siba revela su desilusión y tristeza por la traición de Mefiboset. David le dice a Siba: «Sea para ti todo lo que tiene Mefiboset», mostrando que consideraba que Mefiboset era ingrato por su traición. David decide dejar en manos de Dios la recompensa o castigo que Mefiboset mereciera, diciendo: «Has encontrado gracia a mis ojos». Es importante destacar que, aunque David se sintió decepcionado por la traición de Mefiboset, no se dejó llevar por el rencor o el deseo de venganza.

Después de este encuentro, David se encuentra con Simei, un hombre de la familia de Saúl, que lo maldecía y le arrojaba piedras. Simei culpaba a David de la muerte de Saúl y su familia. A pesar de la presencia de los hombres valientes de David, él resistía, insultando y arrojando piedras. Las acusaciones de Simei eran falsas y maliciosas, pero David soportó pacientemente los insultos y se humilló frente a ellos. Esta situación es un claro ejemplo de cómo las personas pueden traicionarnos y causarnos dolor, pero debemos seguir confiando en Dios y confiando en que Él hará justicia.

El consejo de Ahitofel, quien había sido un consejero sabio y respetado en Israel, se convirtió en algo completamente diferente cuando se unió a la rebelión de Absalón. Recomendó que Absalón tuviera relaciones incestuosas con las concubinas de su padre como una forma de consolidar su poder. Sin embargo, este consejo era inmoral y deshonraba a Dios. Ahitofel, impulsado por la venganza y el odio hacia David, perdió la sabiduría divina que antes tenía. Este ejemplo nos enseña la importancia de tener cuidado con aquellos que podrían traicionarnos o desviarse de la verdad de Dios debido a sus propias pasiones y resentimientos.

En resumen, este capítulo del segundo libro de Samuel nos muestra cómo David se enfrentó a la traición de su propio hijo, la maldición de Simei y el consejo corrupto de Ahitofel. Sin embargo, a pesar de todas las dificultades, David se mantuvo fiel a Dios y confió en que Él haría justicia. Esta historia nos enseña la importancia de buscar a Dios en medio de las dificultades y mantenernos firmes en nuestra fe incluso cuando enfrentamos traiciones y adversidades.

¡Atrévete con nuestro Trivial! – Sabías que…

EMPEZAR QUIZ