En este artículo exploraremos el contenido de los capítulos 24 al 26 del libro del profeta Ezequiel en la Biblia. En estos capítulos, encontramos profecías y mensajes que Dios le dio a Ezequiel acerca de varias ciudades y naciones.
Capítulo 24: La parábola de la olla
En este capítulo, Ezequiel recibió la palabra del Señor y fue instruido para escribir la fecha en la que el rey de Babilonia sitió a Jerusalén. Dios le dio una parábola para transmitir un mensaje a la población rebelde de Jerusalén. La parábola consistía en poner una olla con agua, piezas de carne buena y huesos seleccionados en ella. Luego, se debía hervir hasta que los huesos también se cocinaran.
La interpretación de esta parábola es que la ciudad de Jerusalén, representada por la olla sanguinaria, iba a experimentar la ira y la venganza de Dios. La sangre derramada en la olla sin ser cubierta con polvo simboliza la violencia y la impureza de la ciudad. Dios haría que el fuego consumiera la ciudad y que los huesos se quemaran. A pesar de los esfuerzos por limpiar la ciudad, la impureza y la maldad persistirían. La ira de Dios sobre Jerusalén sería inevitable, y no habría piedad ni compasión.
Capítulo 25: Profecías sobre los pueblos vecinos
En este capítulo, Ezequiel recibió palabras del Señor para pronunciar juicio sobre varias naciones vecinas de Israel, como Amón y Moab. Dios declaró que estas naciones serían entregadas a los vengadores y experimentarían la destrucción y la vergüenza. También se pronunció juicio sobre los filisteos, anunciando su eliminación y la destrucción de sus ciudades.
Capítulo 26: Profecía sobre Tiro
En este capítulo, Ezequiel recibió una palabra del Señor acerca de Tiro, una famosa ciudad comercial ubicada en la costa del mar Mediterráneo. Dios declaró que enviaría a Nabucodonosor, rey de Babilonia, para destruir la ciudad. Tiro sería saqueada por las naciones, sus murallas caerían, sus riquezas serían robadas y sus habitantes serían masacrados. La ciudad sería convertida en un tendedero de redes y nunca más sería habitada.
Aquí vemos cómo Dios estaba usando estas profecías para anunciar juicio sobre las ciudades y las naciones que habían actuado en contra de Su pueblo. El juicio de Dios estaba basado en las maldades y la rebelión de estas ciudades. Dios estaba mostrando que Él es el Señor, el gobernante supremo sobre todas las naciones, y que ejercería Su justicia y juicio según correspondiera.
Estos capítulos de Ezequiel nos recuerdan la importancia de vivir en obediencia a Dios y evitar la maldad y la rebelión. Nos muestran que Dios es justo en Su juicio y que tarde o temprano habrá consecuencias para nuestras acciones. También nos enseñan sobre la soberanía de Dios sobre todas las naciones y Su cuidado por Su pueblo.
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