El sello de Dios: Perseverancia y fe hasta el fin

En este artículo vamos a explorar el tema del «Sello de Dios y la Marca de la Bestia» y su importancia en el tiempo del fin. Este concepto se menciona en el libro de Apocalipsis y tiene implicaciones significativas para los creyentes. A lo largo de las Escrituras, se nos muestra la importancia de la lealtad, la autoridad y la adoración en el gran conflicto entre Cristo y Satanás. Las profecías bíblicas nos advierten sobre un poder que busca usurpar la autoridad de Dios y establecer un sistema de adoración falso. En contraste, el pueblo de Dios encuentra su mayor gozo y deleite en adorar al Creador y está dispuesto a obedecerle en todo momento.

La diferenciación entre adorar a Dios y adorar a la bestia es un tema central en el libro de Apocalipsis. Esto se enfatiza especialmente en los mensajes de los tres ángeles en Apocalipsis 14:6-12. El primer ángel nos llama a adorar al Creador y exhorta a todas las personas a temer a Dios y darle gloria (versículo 7). El segundo ángel advierte sobre Babilonia, un sistema religioso falso que busca engañar y desviar a las personas de la adoración verdadera (versículos 8-10). El tercer ángel advierte sobre adorar a la bestia y recibir su marca, y declara las consecuencias de hacerlo (versículos 9-11).

El sello de Dios y la marca de la bestia representan dos opciones opuestas en el gran conflicto entre el bien y el mal. Adorar al Creador implica amarlo, obedecer sus mandamientos y encontrar gozo en Su presencia. Por otro lado, adorar a la bestia implica comprometerse con un sistema falso de adoración, que busca imponer su autoridad y usurpar el lugar de Dios en nuestras vidas.

Para recibir el sello de Dios en nuestras frentes, necesitamos tener una relación íntima con nuestro Padre celestial. Apocalipsis 14:12 describe dos características clave del pueblo de Dios en el tiempo del fin: guardar los mandamientos de Dios y tener la fe de Jesús. Guardar los mandamientos implica obedecer Su ley y vivir de acuerdo con Sus principios. La fe de Jesús se refiere a tener la misma fe que Jesús tuvo en Su vida terrenal, confiando plenamente en el Padre y viviendo en obediencia a Su voluntad. Estas dos características están intrínsecamente unidas y son esenciales para recibir el sello de Dios en nuestras vidas.

Es importante destacar que no nos salvamos por nuestras obras, sino por la gracia de Dios a través de la fe en Jesús. Sin embargo, las obras son el resultado natural de nuestra fe y son evidencia de nuestra relación con Dios. Efesios 2:8-10 nos recuerda que hemos sido creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios ha preparado de antemano para que las realicemos. Nuestras obras son una manifestación de la gracia de Dios en nuestras vidas y demuestran nuestra obediencia a Su voluntad.

En el tiempo del fin, el conflicto en torno al día de adoración también será un punto clave de controversia. El sábado, el séptimo día de la semana, es el día que Dios instituyó como día de reposo y adoración. Adorar al Creador implica honrar y guardar el sábado como un día especial para estar en comunión con Dios y descansar en Su amor.

En conclusión, el sello de Dios y la marca de la bestia representan dos opciones distintas en el gran conflicto entre el bien y el mal. Para recibir el sello de Dios, necesitamos tener una relación íntima con Él, guardar Sus mandamientos y tener la fe de Jesús. Nuestras obras son una manifestación de nuestra fe y son importantes en el plan de salvación. A medida que nos acercamos al tiempo del fin, es vital que reflexionemos sobre nuestra fidelidad en las pequeñas cosas y estemos dispuestos a hacer cambios en nuestras vidas para honrar y obedecer a nuestro Creador.

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