En este artículo exploraremos el capítulo 7 del segundo libro de Samuel, donde David expresa su deseo de construir un santuario para Dios. En este capítulo, encontramos la relación entre Dios y David a través del profeta Natán. David le comenta a Natán que desea construir un santuario ya que él habitaba en una casa de cedro, mientras el arca de Dios se encontraba en una tienda de reunión. Dios le revela a Natán que no necesita un santuario terrenal, ya que Él es omnipresente y ha estado presente en la tienda desde que sacó a Israel de Egipto. Dios le promete a David que construirá una casa para él, es decir, que su linaje será establecido y que uno de sus descendientes será el Mesías.
La construcción del santuario en la tierra siempre fue un símbolo del plan de salvación de Dios. El santuario original, el tabernáculo, fue construido según el diseño que Dios mostró a Moisés en el monte. Cada elemento y mobiliario del santuario tenía un significado espiritual profundo y apuntaba a la salvación que vendría a través de Jesucristo. A lo largo de los años, el santuario se trasladó a diferentes lugares, pero finalmente fue robado por los filisteos y terminó en la casa de Abinadab.
El deseo de David de construir un santuario era un reflejo del deseo de Dios de santificar a toda la humanidad. Israel era el instrumento para revelar la voluntad de Dios al mundo, y el santuario simbolizaba la presencia de Dios en medio de su pueblo. Sin embargo, Dios le revela a David que su plan va más allá de un santuario terrenal, prometiéndole un rey eterno de su linaje que cumplirá su propósito de redención.
Dios destaca el carácter fiel de David y le asegura que su linaje permanecerá en el trono para siempre. Esta promesa tiene un cumplimiento mesiánico, ya que el Mesías vendría del linaje de David y establecería un reino eterno. Sin embargo, esta promesa está condicionada a la fidelidad de los descendientes de David.
David responde a la promesa de Dios con agradecimiento y reverencia. Reconoce que Dios es grande y que su promesa es verdadera. Expresa su gratitud por el privilegio de ser siervo de Dios y por el plan divino de redención que se está llevando a cabo a través de Israel. David reconoce que es privilegio de Dios hacer grandes cosas a través de sus siervos y se somete con gratitud a la dirección divina.
Este pasaje nos enseña la importancia de confiar en la dirección de Dios y estar dispuestos a someternos a su voluntad. A veces, nuestros planes pueden ser grandiosos, pero Dios puede tener otros planes para nosotros. Debemos aprender a humillarnos ante la sabiduría de Dios y confiar en que Él tiene un propósito mayor en mente. Al igual que David, debemos buscar la voluntad de Dios y someternos a ella con gratitud y reverencia.
En resumen, el capítulo 7 del segundo libro de Samuel revela la relación entre Dios y David y la promesa de un rey eterno de la Simiente de David. Este pasaje nos enseña la importancia de confiar en la dirección de Dios y someternos a su voluntad. Debemos aprender a humillarnos ante la sabiduría de Dios y confiar en que Él tiene un plan perfecto para nuestras vidas.
Fuentes:
¡Atrévete con nuestro Trivial! – Preguntas rápidas de la Biblia: ¿Cuánto sabes?