En este artículo vamos a analizar el capítulo 19 del libro de Jueces en la Biblia. Este capítulo forma parte de nuestro recorrido explicativo por las sagradas escrituras. En el contexto del capítulo anterior, vimos a la tribu de Dan, que aparentemente no había tomado posesión completa de los territorios que se les habían asignado. En algún momento reaccionaron y decidieron tomar su territorio.
Algunos pueden preguntarse si el libro de Jueces está en orden cronológico. Es posible que no lo esté, ya que la Biblia sigue un orden temático. Además, el libro de Jueces no menciona una fecha exacta debido a la ausencia de un rey en Israel. Esto significa que no hay una medición de tiempo precisa, sino más bien una narración de algunos eventos catastróficos que plantean muchas interrogantes.
Uno de esos eventos es el relato del levita en esta casa de culto idolátrico. Este levita, que luego se convirtió en un traidor y ladrón, se unió a la tribu de Benjamín para ejercer su sacerdocio. Hay especulaciones de que este levita podría ser el nieto de Moisés, lo que significaría que los eventos ocurrieron antes de la vida de muchos jueces mencionados en la Biblia, como Débora, Gedeón y Sansón. Sin embargo, lo importante no es tanto la cronología de los eventos, sino las lecciones que podemos aplicar a nuestras vidas.
Este capítulo comienza hablando de un levita que vivía como forastero en el monte de Efraín y había tomado una esposa concubina de Belén de Judá. Su esposa le fue infiel y regresó a la casa de su padre en Belén de Judá. Después de cuatro meses, el levita fue a buscarla y, después de insistir varios días, finalmente regresó a su casa con ella y un criado.
Mientras viajaban, decidieron detenerse en una ciudad de los jebuseos para pasar la noche. Sin embargo, nadie les ofreció hospedaje, por lo que un anciano se acercó y les ofreció su casa. Pero esa noche, algunos hombres perversos de la ciudad rodearon la casa y exigieron que el levita fuera entregado para que pudieran tener relaciones sexuales con él. El dueño de la casa se negó y ofreció a su hija virgen y la esposa del levita en su lugar. Los hombres perversos tomaron a la esposa del levita y la violaron toda la noche. Al amanecer, encontraron a la mujer muerta en la puerta de la casa. El levita la llevó a su casa, la despedazó en doce partes y envió cada parte a través de todo el territorio de Israel. Este acto grotesco y despiadado muestra la degradación y corrupción de la sociedad en ese momento.
La historia del levita y su esposa concubina en el capítulo 19 de Jueces nos muestra la triste realidad de una sociedad corrompida y alejada de Dios. Aunque nos resulte indignante y deplorable, esta historia puede servir como una advertencia y una lección para nosotros. Nos muestra las consecuencias de vivir sin Dios en nuestros corazones y sin cumplir con sus mandamientos. Nos recuerda que debemos buscar a Dios en todo momento y que solo a través de una relación íntima con Él podemos encontrar paz, seguridad y protección contra las tentaciones del mundo.
Como creyentes, debemos recordar que vivimos en un mundo caído y lleno de pecado. Aunque no podemos controlar las acciones de los demás, podemos controlar nuestras propias decisiones y comportamientos. Debemos esforzarnos por vivir vidas santas y agradables a Dios, buscando siempre su guía y dirección en nuestras vidas.
En conclusión, el capítulo 19 del libro de Jueces es un recordatorio impactante de la importancia de tener a Dios en nuestros corazones y vivir de acuerdo con sus mandamientos. Esta historia nos muestra las terribles consecuencias de vivir sin Dios y cómo la corrupción y la maldad pueden prevalecer en una sociedad que se aleja de Él. Es un llamado a buscar a Dios, a vivir vidas santas y a compartir el mensaje de salvación con los demás.
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