En este día continuamos con nuestra lectura del año bíblico y en esta oportunidad lo hacemos en el libro de Nehemías, en los capítulos del 9 al 11. En estos capítulos, se relata cómo el pueblo de Israel se reunió en ayuno y en vestimenta de luto para arrepentirse de sus pecados y confesar a Dios sus faltas y las de sus antepasados. Los israelitas tuvieron un tiempo de lectura de la Ley de Dios y luego se pusieron en pie para confesar y alabar al Señor su Dios.
Después de la lectura de la Ley, los levitas levantaron su voz en alta voz y clamaron al Señor su Dios. Reconocieron la grandeza de Dios y su glorioso nombre. Vieron su fidelidad en el cumplimiento de las promesas hechas a Abraham y la liberación de Israel de la esclavitud en Egipto. Recordaron las señales y maravillas que Dios hizo en el Mar Rojo y en el desierto para proteger y guiar a su pueblo. Agradecieron a Dios por darles sus mandamientos y enseñanzas.
El pueblo de Israel reconoció que a pesar de las muchas bendiciones y maravillas que Dios había hecho por ellos, ellos mismos habían sido desobedientes, endurecieron su corazón y no guardaron sus mandamientos. A pesar de esto, Dios se mantuvo fiel y no los abandonó en el desierto. Los sustentó, les dio su Espíritu y les proporcionó todo lo que necesitaban durante los cuarenta años en el desierto. Les dio una tierra para poseer y los llevó a la victoria sobre sus enemigos.
El pueblo de Israel también confesó sus pecados más recientes, incluyendo la adoración de becerros de oro y el asesinato de los profetas de Dios. A pesar de esto, Dios no los abandonó en sus aflicciones y envió salvadores para liberarlos de sus enemigos. Sin embargo, una y otra vez, volvieron a pecar y se alejaron de Dios.
Pero a pesar de su desobediencia y rebelión, Dios no los consumió ni los dejó completamente en manos de sus enemigos. Por su misericordia, los escuchó cuando clamaron a él en su tribulación y envió liberadores para salvarlos. Dios continuó amonestándolos para que se volvieran a él, pero ellos persistieron en su pecado y desobediencia.
El pueblo de Israel afirmó su compromiso de ser fieles a Dios y seguir su ley. Se comprometieron a no casarse con los pueblos vecinos, a guardar el día del sábado y a traer sus ofrendas y primicias a la casa de Dios. También acordaron contribuir con los diezmos y apoyar a los sacerdotes y levitas en su servicio en el templo.
El capítulo 11 narra cómo algunos habitantes de Judá y Benjamín se establecieron en Jerusalén, mientras que otros vivieron en sus ciudades de origen. Se mencionan los nombres de los líderes y jefes de familias que habitaban en Jerusalén, así como los levitas y sacerdotes encargados del servicio en el templo. También se menciona a los porteros y los cantores que participaban en la adoración en el templo.
En resumen, estos capítulos de Nehemías nos muestran el arrepentimiento y la confesión de pecados del pueblo de Israel, así como su compromiso de ser fieles a Dios y seguir su ley. A pesar de sus fallas, Dios se mantuvo fiel a su pacto y continuó bendiciéndolos. Este relato nos enseña la importancia de reconocer nuestros pecados, arrepentirnos y comprometernos a vivir en obediencia a Dios.
Espero que este resumen de los capítulos 9 al 11 de Nehemías te haya sido útil y te invite a seguir explorando la Palabra de Dios. Si deseas profundizar en tu estudio bíblico, te animo a que explores otros artículos y recursos disponibles en nuestra página web. ¡Que Dios te bendiga en tu caminar con Él!
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