Continuamos con nuestra semana de la pasión, el recorrido del Señor Jesucristo en los últimos días de su vida en la tierra. En este artículo, nos centraremos en los eventos significativos que tuvieron lugar el día martes de esa semana.
Uno de los eventos más destacados fue la maldición de la higuera, como se relata en el Evangelio de Mateo en el capítulo 21, versículos 18 al 22. Jesús, al pasar por una higuera y no encontrar frutos, la maldijo y se secó al instante. Esta maldición sorprendió a los discípulos, quienes no podían entender cómo la higuera se había secado tan rápidamente.
En este relato, podemos ver el poder que tiene la palabra de Jesús. Cuando él habla, se cumple. Y no solo eso, Jesús les dice a sus discípulos que si tienen fe, podrán hacer cosas aún mayores. Incluso, podrían ordenar a una montaña que se mueva y se arroje al mar, y así será. Este episodio nos enseña sobre la importancia de la fe y el poder que tenemos cuando oramos y creemos en lo que pedimos.
Otro evento significativo que tuvo lugar en este día fue la parábola de los labradores malvados. Jesús contó esta parábola en el templo, durante un debate acerca de su autoridad. En resumen, la parábola relata la historia de un dueño de una viña que arrienda su viña a unos labradores. Cuando llega el tiempo de recoger los frutos, el dueño envía a sus siervos, pero los labradores malvados los maltratan e incluso los matan. El dueño decide enviar a su hijo, pensando que los labradores respetarían a su hijo. Sin embargo, los labradores malvados también matan al hijo del dueño. Jesús pregunta a sus oyentes qué creen que hará el dueño de la viña con los labradores malvados, y ellos responden que los matará y arrendará la viña a otros.
Esta parábola tiene un trasfondo histórico y espiritual muy interesante. La viña representa a Israel y los labradores malvados son los líderes y autoridades religiosas de la época. Dios esperaba que su pueblo, Israel, produjera buenos frutos, que cumpliera con su propósito de ser una nación sacerdotal y llevar la Palabra de Dios a las demás naciones. Sin embargo, Israel fracasó en cumplir con esta tarea y, en cambio, rechazó a los profetas y finalmente rechazaría al mismo Hijo de Dios. Esta parábola es una advertencia y un llamado a la reflexión para aquellos que se consideran parte del pueblo de Dios, recordándoles que son llamados a dar buenos frutos y cumplir con la misión encomendada por el Señor.
En este tiempo presente, también podemos encontrar paralelismos con la parábola de los labradores malvados. Al igual que en aquellos días, hay muchos que se consideran parte del pueblo de Dios, pero no están cumpliendo con su deber de ser siervos fieles y dar buenos frutos. En cambio, son aquellos que, en apariencia, están más alejados de la fe los que demuestran un verdadero compromiso y un deseo de cambiar sus vidas.
Este relato nos invita a todos a reflexionar sobre nuestra propia vida y compromiso con Dios. ¿Qué estamos haciendo para servir y agradar al Señor? ¿Estamos aprovechando los dones y privilegios que nos ha dado el Padre celestial para cumplir con nuestra tarea? Todos somos llamados a ser labradores fieles, a dar buenos frutos y a llevar la Palabra de Dios a los demás. No debemos quedarnos de brazos cruzados, sino utilizar todo lo que Dios nos ha dado para cumplir con nuestra misión.
En conclusión, el martes de la semana de la pasión de Jesucristo fue un día lleno de acontecimientos significativos. La maldición de la higuera y la parábola de los labradores malvados nos enseñan importantes lecciones sobre la fe, el poder de la palabra de Dios y nuestro compromiso como siervos fieles. Recuerda que la fe mueve montañas y que, si confiamos en el Señor y cumplimos con nuestra tarea, podremos dar buenos frutos para su gloria.
Te animo a que continúes explorando la Palabra de Dios y a que leas otros artículos en nuestra página web para profundizar en tu conocimiento de la Biblia y estar al día de las enseñanzas divinas. Que Dios te bendiga y te guíe en tu camino de fe.
¡Atrévete con nuestro Trivial! – Te apuntas a la Maratón de la Biblia