La Biblia es una fuente inagotable de sabiduría y enseñanza. En el libro del Éxodo, capítulos 36 y 37, encontramos una descripción detallada de la creación del santuario, sus cortinas, columnas, tablas y utensilios. Estos versículos nos muestran el cuidado y la dedicación con los que el pueblo de Israel construyó el lugar de adoración a Dios.
Moisés convocó a todas las personas diestras y sabias, a quienes el Señor les había dado habilidad y conocimiento, para llevar a cabo la obra del santuario. El pueblo respondió generosamente y trajo ofrendas voluntarias cada mañana. La generosidad del pueblo de Israel fue tan abrumadora que Moisés tuvo que detener la recolección de ofrendas, ya que tenían material suficiente para completar toda la obra y todavía sobraba.
Los artesanos habilidosos realizaron las cortinas del santuario con lino torcido en colores azul, púrpura y carmesí. Cada cortina tenía una longitud de 28 codos y un ancho de 4 codos. Unieron cinco cortinas entre sí y otras cinco cortinas entre sí, creando dos conjuntos. Los conjuntos se unieron mediante lazos de azul en los extremos de las cortinas. También se hicieron lazos en las cortinas para mantenerlas unidas. De esta manera, se formó el santuario.
Además de las cortinas, se confeccionaron cortinas de pelo de cabra para cubrir el santuario. Se hicieron cincuenta lazos en la primera cortina y otros cincuenta en la segunda, de manera que los lazos de una cortina correspondían a los lazos de la otra. También se hicieron cincuenta broches de bronce para unir las cortinas y formar una sola tienda.
La tienda del santuario se cubrió con una cubierta de pieles rojas de carnero y otra cubierta de piel de tejón. Para sostener la tienda se utilizaron tablas de madera de acacia. Se hicieron veinte tablas para el lado sur, veinte tablas para el lado norte y seis tablas para las esquinas. Las tablas se unieron mediante travesaños de madera, creando una estructura sólida.
En adición a las tablas, se construyó un arca de madera de acacia y se cubrió con oro puro por dentro y por fuera. En el arca se colocaron las tablas de la ley, que contenían los mandamientos y las palabras de Dios. Sobre el arca se colocó un propiciatorio de oro puro, sobre el cual se encontraban dos querubines de oro labrados a martillo. Los querubines extendían sus alas por encima del propiciatorio, mirándose el uno al otro.
También se creó una mesa de madera de acacia, cubierta de oro puro, con molduras y una cornisa. Esta mesa se utilizaba para colocar los panes de la proposición, que eran renovados cada semana. Además, se construyó un candelabro de oro puro, con seis brazos y siete lámparas. Las lámparas se encendían cada día y se colocaban en el candelabro para iluminar el santuario.
Finalmente, se erigió un altar del incienso, cubierto de oro puro, con cuatro anillos de oro para sujetar las varas. Este altar se utilizaba para quemar incienso aromático como una ofrenda agradable a Dios.
Estos versículos nos muestran la meticulosa atención al detalle con la que se construyó el santuario. Cada elemento fue hecho con precisión y dedicación, utilizando los materiales más finos y preciosos. Esta obra maestra arquitectónica fue el lugar donde el pueblo de Israel se encontraba con Dios y ofrecía sus sacrificios y oraciones.
La construcción del santuario nos enseña varias lecciones importantes. En primer lugar, nos muestra la importancia de la obediencia y la generosidad en la obra de Dios. El pueblo de Israel respondió con alegría y generosidad, aportando más de lo necesario. En segundo lugar, nos muestra la belleza y la excelencia que deben estar presentes en todo lo que hacemos para Dios. El santuario fue hecho con los mejores materiales y con habilidades excepcionales.
Como cristianos, debemos esforzarnos por hacer todo con excelencia, dando lo mejor de nosotros en todo lo que emprendemos para el Señor. También debemos recordar la importancia de la generosidad y la obediencia en la obra de Dios, brindando lo mejor de nosotros y compartiendo nuestras bendiciones con los demás.
La construcción del santuario en el Éxodo es solo una parte de la rica historia y enseñanzas que encontramos en la Biblia. Si quieres aprender más acerca de la Palabra de Dios y profundizar tu fe, te invito a explorar otros artículos en nuestro sitio web. La Biblia contiene tesoros invaluables de sabiduría y revelación divina. A través de su lectura y estudio, podemos encontrar consuelo, esperanza y dirección para nuestra vida.
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