Israel conquista tierra prometida: Prepárate para la conquista, límites y misión divina

Prepárate para la conquista: todo está listo. Después de 40 años en el desierto, Israel estaba listo para entrar y conquistar la tierra prometida. Habían aprendido de sus errores y habían sido corregidos y capacitados. Ya habían tenido pequeñas victorias sobre los amorreos y moabitas que se habían interpuesto en su camino. Algunas tribus habían decidido quedarse en el lado oriental, pero también se comprometieron a ayudar a sus hermanos en la conquista. Los cananeos, por otro lado, habían rechazado repetidamente la gracia de Dios y continuaron en su idolatría. El juicio de Dios era inminente.

Dios le dio a Moisés límites claros para la conquista de la tierra. Eran las fronteras que Israel debía respetar y proteger. El territorio era suyo para ser una luz y una bendición para todas las familias de la tierra. Pero Israel debía concentrarse en lo espiritual, en cumplir con la voluntad de Dios y vivir de acuerdo con sus mandamientos.

El mapa de la tierra de Israel ha cambiado a lo largo de los siglos, pero el propósito de Dios sigue siendo el mismo: la salvación de todos los seres humanos. Israel fue perdiendo territorios porque dejaron de ser una luz para las demás naciones y se desenfocaron de su propósito.

Nosotros, como cristianos, también hemos sido llamados a conquistar, pero no territorios físicos, sino corazones para el reino de los cielos. Esto solo es posible con la ayuda del Espíritu Santo, quien nos convence de pecado, justicia y juicio, y nos ayuda en nuestra debilidad.

Nuestro enfoque debe estar en llevar la luz del evangelio a aquellos lugares donde aún no hay una iglesia que presente la verdad bíblica. Debemos buscar estrategias de conquista espiritual y ser testigos valientes de la verdad de la palabra de Dios.

A medida que nos acercamos a la conclusión de nuestro recorrido por el libro de Números, recordamos que israel falló en su misión, pero nosotros no tenemos por qué fallar. Tenemos la fortaleza y el respaldo de Dios. Preparémonos para el glorioso encuentro con Cristo Jesús y seamos verdaderos conquistadores para el reino de los cielos.

Ahora nos despedimos, recordando las palabras de bendición: «Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti, te muestre su favor y te dé su paz». No olvides suscribirte a nuestra Newsletter y compartir este mensaje con otros. Nos vemos la próxima vez con más de la palabra del Señor.

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