Circuncisión y adoración: La bendición de la presencia divina (JOSUÉ 5 – EXPLICADO)

En este artículo vamos a profundizar en el capítulo 5 del libro de Josué, en el cual se relata cómo el pueblo de Israel se prepara para entrar a la tierra de Canaán. En el capítulo anterior, Josué instruye al pueblo y este se prepara para cruzar el río Jordán en seco. El arca de Dios es cargada por los sacerdotes levitas y el río se abre para que el pueblo cruce hacia la tierra prometida. Josué, entonces, toma doce piedras e hizo un monumento en medio del río, como testimonio del milagro que Dios había obrado.

En el capítulo 5, se nos dice que cuando los reyes amorreos y cananeos escucharon que el Señor había secado el agua del río Jordán para que el pueblo de Israel cruzara, su corazón desfalleció y temieron a los israelitas. Esto muestra el impacto que el milagro tuvo en los enemigos de Israel, quienes se dieron cuenta de la presencia y el poder de Dios en medio de su pueblo.

Luego, el Señor le dice a Josué que haga cuchillos de piedra y circuncide a los israelitas. Esto plantea la interrogante de por qué Dios le pide a Josué que circuncide nuevamente al pueblo. La circuncisión había sido establecida como un signo del pacto con Dios desde los tiempos de Abraham, pero es posible que durante los 400 años de esclavitud en Egipto, muchos israelitas no fueran circuncidados o se hubieran olvidado de esta práctica. Es por eso que era importante que al entrar a la tierra prometida, renovaran su pacto con Dios a través de la circuncisión.

Los israelitas obedecen la orden de circuncidarse y, aunque están débiles por la cirugía, el Señor los protege de los enemigos y nadie se atreve a atacarlos. Luego de sanar, los israelitas celebran la Pascua y comen del fruto de la tierra de Canaán, finalizando así con el maná que habían estado recibiendo durante su peregrinaje en el desierto.

En medio de todo esto, Josué ve a un hombre con una espada desenvainada, quien resulta ser el príncipe del ejército del Señor, una manifestación de Jesucristo. Josué lo adora y el príncipe del ejército le asegura que está con ellos en la batalla que se avecina.

En resumen, el capítulo 5 del libro de Josué nos muestra la importancia de renovar nuestra relación con Dios y seguir sus mandamientos. Además, nos enseña que, aunque podamos sentirnos débiles, Dios está siempre a nuestro lado, protegiéndonos en todo momento y proveyendo para nuestras necesidades. Es con esta confianza en Dios que podemos enfrentar las adversidades y salir victoriosos.

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