El libro del Éxodo narra la maravillosa intervención de Dios en favor de su pueblo, al liberarlos de la esclavitud en Egipto y establecer un pacto con ellos. El propósito principal de este libro es mostrar que ni la infidelidad del pueblo elegido ni la oposición de la mayor nación de la tierra pueden frustrar el plan de Dios. En este artículo, analizaremos el capítulo 3 de Éxodo.
El capítulo comienza describiendo a Moisés, quien estaba cuidando las ovejas de su suegro Jetro en el monte de Dios. En este encuentro, Moisés es testigo de la aparición de un ángel del Señor en una zarza ardiendo pero que no se consume. El ángel del Señor es una manifestación de Cristo en el Antiguo Testamento, y esta aparición tiene el propósito de captar la atención de Moisés y enseñarle una lección. Dios le ordena a Moisés que se quite las sandalias, ya que el lugar donde está parado es tierra santa por la presencia de Dios.
Dios revela su nombre a Moisés como «Yo soy el que soy», y le ordena que vaya al faraón y le diga que el Dios de los hebreos ha venido a su encuentro y que deben ir al desierto para ofrecer sacrificios al Señor. Dios advierte a Moisés que el faraón no los dejará ir fácilmente, pero él extenderá su mano y realizará maravillas en Egipto para liberar a su pueblo. Además, les dará gracia ante los ojos de los egipcios y los israelitas recibirán objetos de valor de sus vecinos egipcios al salir de la tierra.
La respuesta de Moisés es de temor e incredulidad, sintiéndose indigno de ir al faraón y de cumplir esta misión. Sin embargo, Dios le asegura que estará con él y cumplirá su promesa. Incluso le dice que los ancianos de Israel escucharán su voz y lo acompañarán al rey de Egipto.
Este capítulo nos enseña importantes lecciones sobre la reverencia y la humildad ante la presencia de Dios, así como la importancia de confiar en su palabra y obedecer su llamado, incluso cuando nos sentimos incapaces o indignos. Nos muestra que Dios está dispuesto a cumplir sus promesas y a proveer para su pueblo, incluso en medio de la oposición y la adversidad.
En resumen, el capítulo 3 de Éxodo nos muestra el encuentro de Moisés con Dios en la zarza ardiente, donde Dios le revela su nombre y le encomienda la tarea de liberar a los israelitas de la esclavitud en Egipto. Moisés responde con temor e incredulidad, pero Dios le asegura que estará con él y cumplirá su palabra. Este capítulo nos enseña lecciones importantes sobre la reverencia, la confianza en Dios y la obediencia a su llamado.
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