Saludos amigos y amigas de Esperanza. Bienvenidos nuevamente a nuestra Newsletter de las Sagradas Escrituras. Yo soy el equipo de Santabiblia.es y hoy estamos con mensajes de esperanza, el estudio de la palabra del Señor. Para mí, es una grata oportunidad estar de nuevo con ustedes. Recuerden que para nosotros es muy importante que cada día crezcamos en la palabra del Señor. No olvides suscribirte a nuestra Newsletter, activa las notificaciones y comparte esperanza.
Hoy quiero hablarles de dos palabras que son importantes que las podamos definir: Tolerancia y paciencia. La palabra tolerancia es muy usada en esta época. Ser tolerante significa aceptar una actitud, conducta, pensamiento, idea o ideología, incluso si no estamos de acuerdo. Es soportar o aguantar sin estar totalmente de acuerdo. Por otro lado, la palabra paciencia aparece varias veces en la escritura. Se nos muestra como uno de los frutos del espíritu y se destaca su importancia en el libro de Apocalipsis.
Es importante que tú y yo podamos ejercer nuestras capacidades mentales e intentemos definir la palabra tolerancia y paciencia con nuestras propias palabras para poder entender en qué se parecen y en qué se diferencian y cómo las podemos aplicar a nuestra vida diaria.
La tolerancia se refiere a aceptar las opiniones, ideas o actitudes de los demás, aunque no coincidan con las nuestras. Se trata de respetar y permitir algo que no nos gusta o no aprobamos del todo. Por otro lado, la paciencia se refiere a soportar contratiempos o dificultades con la intención de conseguir un bien. Es una actitud que lleva al ser humano a perseverar a pesar de las dificultades.
En la Biblia, vemos que Dios es paciente para con el ser humano, pero no tolera el pecado. Dios nos ama y nos quiere transformar, pero no aceptará nuestra actitud pecaminosa.
En el libro de Apocalipsis, se nos habla sobre la tolerancia hacia los espíritus de demonio que saldrán de la boca de personas poderosas en el tiempo del fin. Estos espíritus serán tolerados por la sociedad, a pesar de ir en contra de los principios de Dios.
Por otro lado, vemos en el Antiguo Testamento la historia de Nabucodonosor, un rey que fue paciente con las plagas enviadas por Dios, pero no reconoció su grandeza hasta que fue humillado y luego restaurado por su arrepentimiento.
La Biblia también nos enseña que Dios es paciente, pero no tolerante. Dios nos ama y nos acepta tal como somos, pero nos insta a cambiar y alejarnos del pecado. Él nos da oportunidades para arrepentirnos y vivir en obediencia a sus mandamientos.
Entonces, ¿somos nosotros intolerantes? La respuesta es que no debemos ser intolerantes hacia las personas, sino que debemos ser pacientes y amorosos, emulando la paciencia de Dios. Sin embargo, no debemos tolerar el pecado en nuestras vidas ni en la sociedad en general. Debemos amar al pecador, pero no tolerar su pecado.
En conclusión, Dios es paciente pero no tolera el pecado. Él nos ama y nos quiere transformar, pero no tolerará nuestras actitudes pecaminosas. Somos llamados a ser pacientes y perseverantes, guardando los mandamientos de Dios y teniendo la fe en Jesucristo. ¡Que Dios los bendiga!
¡Atrévete con nuestro Trivial! – Adivinanzas bíblicas: ¿Puedes resolverlas?