Levítico 9 – El inicio del ministerio de Aarón | Gloria del Señor manifestada

El libro de Levítico ocupa un lugar central en los cinco libros de Moisés. Es el Evangelio en embrión y contiene la instrucción para el culto de Israel. Sin entenderlo, partes de los evangelios y epístolas pueden parecer oscuras. Por lo tanto, es importante que Levítico ocupe su lugar legítimo en la enseñanza y entendimiento de las verdades bíblicas.

En el capítulo 9 de Levítico, se narra el inicio del ministerio de Aarón como sumo sacerdote en el santuario terrenal. Moisés le instruye a Aarón y a todo el pueblo a realizar los sacrificios y ofrendas que Dios ha ordenado. Aarón y sus hijos cumplen con las instrucciones, ofreciendo los sacrificios y quemando la grasa y la carne en el altar. Finalmente, Aarón y Moisés entran en la tienda de reunión y salen para bendecir al pueblo. En ese momento, la gloria del Señor se manifiesta y fuego desciende del cielo para consumir el holocausto. El pueblo responde con alabanzas y adoración a Dios.

Este pasaje nos enseña la importancia de la consagración personal y la obediencia a Dios. Aarón y sus hijos siguen al pie de la letra las instrucciones divinas, y como resultado, experimentan la presencia y el poder de Dios en su ministerio. Asimismo, nosotros también debemos buscar una experiencia personal con Dios, levantando nuestro propio altar de estudio y meditación diaria. Debemos ofrecerle a Dios nuestros sacrificios y ofrendas, es decir, rendirle nuestras vidas y obedecer sus mandamientos.

El capítulo 9 de Levítico también nos enseña que nuestra vida y ministerio deben ser un testimonio para otros. Aarón representa a Cristo como sumo sacerdote y su ministración es un ejemplo para el pueblo de Israel. Nosotros también, como seguidores de Cristo y miembros de su sacerdocio real, debemos ser bendiciones para aquellos que nos rodean. Nuestro testimonio, nuestra vida consagrada y nuestra obediencia a Dios pueden influir positivamente en la vida de otros.

En conclusión, el capítulo 9 de Levítico nos enseña sobre la importancia de la consagración personal, la obediencia a Dios y el testimonio que debemos ser para aquellos que nos rodean. Es vital que entendamos y apliquemos los principios y enseñanzas de Levítico en nuestra vida diaria para vivir en la plenitud del propósito de Dios. Que el estudio de Levítico nos ayude a comprender mejor el plan y la voluntad de Dios para nuestras vidas, y seamos fieles y obedientes en nuestro servicio a él.

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