Jeremías 36-38: Profetas encarcelados, ciudad en peligro

En este artículo continuaremos con la lectura sistemática de la Biblia, adentrándonos en los capítulos 36 al 38 del profeta Jeremías. En estos capítulos, encontramos la historia de cómo Jeremías recibe un mensaje del Señor y lo escribe en un rollo, y cómo este rollo es leído en presencia del rey y el pueblo. También vemos cómo Jeremías es puesto en la cárcel y finalmente liberado por el rey. Esta historia nos enseña sobre la importancia de escuchar la palabra de Dios y obedecerla.

En el capítulo 36, Jeremías recibe la palabra del Señor y se le ordena escribirla en un rollo. Este rollo contiene todas las palabras que Dios le había hablado a Jeremías desde el inicio de su ministerio. Jeremías llama a su escriba Baruc y le dicta todas las palabras del Señor, y Baruc las escribe en el rollo. Luego, Jeremías envía a Baruc a leer el rollo en el templo, durante un día de ayuno, para que el pueblo escuche las palabras de Dios y se arrepienta de sus malos caminos.

En el capítulo 37, vemos que el rey de Judá, Joaquín, no escucha las palabras del Señor que habían sido escritas en el rollo. En cambio, busca ayuda del faraón de Egipto. Sin embargo, el ejército de los caldeos, que había estado cercando a Jerusalén, se retira al enterarse de la ayuda egipcia. En este momento, Jeremías sale de Jerusalén y es capturado por un capitán, quien lo lleva ante el rey y los príncipes. Ellos acusan a Jeremías de desmoralizar al pueblo y quieren matarlo, pero el rey no puede hacer nada en su contra.

En el capítulo 38, Jeremías es arrojado a una cisterna y se hunde en el cieno. Sin embargo, un etíope llamado Ebed-melec, que es oficial en la corte del rey, se entera de la situación de Jeremías y convence al rey de que lo saquen de la cisterna. El rey accede y Jeremías es rescatado. Más tarde, el rey, preocupado por las palabras de Jeremías, le pregunta si hay alguna palabra del Señor para él. Jeremías le advierte que si se entrega a los caldeos, salvará su vida y la ciudad no será destruida, pero si no lo hace, la ciudad será entregada a los caldeos y él será capturado.

Esta historia nos enseña varias lecciones importantes. En primer lugar, vemos la importancia de escuchar la palabra de Dios y obedecerla. Jeremías fue fiel en escribir y proclamar las palabras del Señor, incluso cuando el rey y el pueblo no querían escuchar. En segundo lugar, aprendemos sobre la fidelidad de Dios para rescatar a sus siervos en medio de la adversidad. Aunque Jeremías fue arrojado a la cisterna, Dios envió a Ebed-melec para rescatarlo y protegerlo de sus enemigos. Por último, vemos la importancia de confiar en el Señor y no en los planes y alianzas humanas. El rey de Judá confió en la ayuda del faraón, pero no pudo salvarse de la destrucción que vendría.

En resumen, estos capítulos de Jeremías nos enseñan lecciones valiosas sobre la importancia de escuchar la palabra de Dios, la fidelidad de Dios para proteger a sus siervos y la importancia de confiar en el Señor en lugar de en los planes humanos. Nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia obediencia a la palabra de Dios y nuestra confianza en Él en medio de las dificultades. Si deseas profundizar en tu estudio de la Biblia y conocer más sobre las enseñanzas de Dios, te invitamos a explorar otros artículos de nuestra web. La Biblia es una fuente inagotable de sabiduría y consuelo, y cada día podemos descubrir nuevos tesoros en sus páginas.

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