Moisés y Aarón confrontan al faraón con milagros

El libro de Éxodo relata uno de los episodios más impactantes de la Biblia: la liberación de los israelitas de la esclavitud en Egipto. En esta historia, encontramos el propósito fundamental de mostrar cómo la fidelidad de Dios prevalece sobre la infidelidad del pueblo y sobre la oposición de una gran nación. El capítulo 7 de Éxodo marca el comienzo de las plagas que Dios envía sobre Egipto como señal de su poder y para mostrar que él es el único Dios verdadero.

En este capítulo, Dios instruye a Moisés a enfrentarse nuevamente al Faraón y a advertirle sobre las plagas que vendrán si no libera al pueblo de Israel. Dios le dice a Moisés que él será su representante ante el Faraón, hablando en su nombre. Moisés no hablará por sí mismo, sino que transmitirá las palabras que Dios le ha mandado.

Es importante destacar que Dios se comunica a través de instrumentos humanos. Aunque podría hablar directamente a todos los seres humanos, el pecado ha impedido esa comunicación directa. Por eso, Dios utiliza a sus representantes humanos para transmitir su mensaje. En el tiempo de Éxodo, Moisés era ese embajador de Dios ante un gobernante terrenal. Y hoy, Jesucristo es la Palabra encarnada, a través de quien podemos comunicarnos libremente con el Padre celestial.

Moisés y Aarón cumplen con la voluntad de Dios y enfrentan al Faraón una vez más. Realizan milagros que demuestran la autoridad divina, como convertir la vara de Moisés en serpiente y hacer que el agua del río Nilo se convierta en sangre. Sin embargo, los magos egipcios también logran realizar estos mismos milagros mediante engaños y poderes demoníacos. A pesar de esto, el Faraón se endurece y se niega a liberar al pueblo de Israel, ignorando la realidad de lo que está sucediendo.

Las plagas que aparecerán después tienen como objetivo mostrar el poder de Dios sobre los ídolos y las creencias falsas de Egipto. Cada plaga es una demostración del juicio divino y busca destruir la confianza de los egipcios en sus dioses y en sus propias habilidades. Sin embargo, el Faraón persiste en su terquedad y desobediencia.

Esta historia nos enseña la importancia de obedecer la voluntad de Dios y de no endurecer nuestro corazón como lo hizo el Faraón. También nos recuerda que el poder y la sabiduría humanos son limitados, y que solo a través de Dios podemos encontrar la verdadera liberación.

En resumen, el capítulo 7 de Éxodo marca el comienzo de las plagas que Dios envía sobre Egipto para mostrar su poder y demostrar que él es el único Dios verdadero. Moisés y Aarón son los instrumentos que Dios utiliza para comunicarse con el Faraón y demandar la liberación de los israelitas. A pesar de los milagros que demuestran la voluntad divina, el Faraón persiste en su desobediencia y rechaza la liberación del pueblo. Esta historia nos enseña la importancia de obedecer la palabra de Dios y de confiar en su poder sobre las falsas creencias y la terquedad humana.

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