Descubre los tesoros de Números 35-36: Leyes de refugio y herencia

En este artículo, exploraremos los capítulos 35 y 36 del libro de Números en la Biblia. En estos capítulos, encontramos las instrucciones y regulaciones que el Señor dio a Moisés y a los israelitas en los campos de Moab, junto al río Jordán y frente a Jericó.

En esta parte de la Biblia, podemos ver cómo Dios establece ciudades de refugio para aquellos que han cometido homicidio de manera involuntaria. Estas ciudades de refugio servían como lugares de asilo para los homicidas, protegiéndolos de los vengadores de la sangre, aquellos que buscaban vengar la muerte de alguien.

Dios instruyó a Moisés y a los israelitas a designar seis ciudades como refugio para los homicidas, tres del lado este del río Jordán y tres en la tierra de Canaán. Estas ciudades debían ser accesibles tanto para los israelitas como para los extranjeros que vivían entre ellos.

Es importante tener en cuenta que estas regulaciones se referían específicamente a casos de homicidio involuntario. Si alguien mataba a otro por accidente o sin intención, podía buscar refugio en una de estas ciudades y estaría a salvo de ser condenado a muerte por el vengador de la sangre.

El concepto de ciudades de refugio tenía un propósito de justicia y protección. Estas ciudades brindaban un lugar seguro para aquellos que habían cometido un error y permitían que se llevara a cabo un juicio justo y adecuado.

Además de las ciudades de refugio, Dios también estableció regulaciones sobre las posesiones y herencias de las hijas de Zelofehad. Zelofehad había muerto sin hijos varones, y sus hijas estaban preocupadas por el futuro de su herencia.

El Señor instruyó que las hijas de Zelofehad podían casarse con cualquier hombre de su propia tribu para que la herencia de su padre permaneciera en la tribu correspondiente. Si se casaban con hombres de otras tribus, la herencia sería transferida a la tribu de sus esposos. Esto aseguraba que cada israelita permaneciera conectado a la herencia de sus padres y evitaba que las herencias se transfirieran de una tribu a otra.

Las hijas de Zelofehad, llamadas Mahla, Tirza, Jolca, Milca y Noa, acataron las instrucciones del Señor y se casaron con primos paternos en la familia de Manasés, hijo de José. De esta manera, la herencia de ellas quedó en la tribu de su padre, en lugar de ser transferida a otra tribu.

Estas regulaciones y directrices muestran la importancia que Dios daba a la justicia y la protección de los derechos y herencias de las personas. Dios estableció estas ciudades de refugio y regulaciones sobre las herencias para asegurarse de que hubiera un sistema justo y equitativo en la sociedad de Israel.

Este pasaje en los capítulos 35 y 36 de Números nos enseña valiosas lecciones sobre la importancia de la justicia, la protección de los derechos y la responsabilidad de cuidar las herencias de nuestras familias. También nos muestra cómo Dios se preocupa por los detalles de nuestras vidas y cómo nos guía en decisiones importantes.

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