Moisés y Aarón: Cumpliendo la misión de Dios

En el libro del Éxodo, se relata la maravillosa intervención de Dios a favor de su pueblo escogido al liberarlos de la esclavitud en Egipto. A lo largo de este libro, se muestra el propósito de Dios para su pueblo: mostrar que ni la infidelidad del pueblo escogido ni la oposición de la nación más poderosa de la tierra pueden desbaratar su plan.

El relato comienza cuando Moisés, uno de los líderes del pueblo de Israel, se encuentra con Dios en el monte Horeb. Dios se le aparece en una zarza ardiente que no se consume y le revela que ha llegado el momento de la liberación de Israel. Moisés será el instrumento escogido por Dios para liderar al pueblo y confrontar al faraón egipcio para liberar a los israelitas de su esclavitud.

El pueblo de Israel había clamado a Dios por su liberación, y Dios escuchó sus plegarias. Moisés se sentía indigno de esta misión, pero Dios le asegura que Él estará con él en todo momento. Dios le muestra señales y milagros para que el pueblo crea en su mandato y promete estar con Moisés en su tarea de enfrentarse al faraón.

Moisés vuelve hacia Egipto acompañado por su hermano Aarón. Ellos confrontan al faraón y realizan las señales y milagros que Dios les había mostrado. Sin embargo, el faraón endurece su corazón y se niega a dejar ir al pueblo de Israel. Dios advierte al faraón de las consecuencias de su desobediencia y envía las diez plagas sobre Egipto como juicio.

En medio de este relato, se destaca un momento crucial en la vida de Moisés. Mientras se dirigía a Egipto, Moisés se encontró con un acontecimiento inesperado. Un ángel del Señor le salió al encuentro y procuró matarlo. Moisés y su esposa Séfora se dieron cuenta de que habían descuidado la circuncisión de su hijo, un rito importante en la vida del pueblo de Israel. Séfora realizó la circuncisión de su hijo, y entonces el ángel permitió a Moisés continuar su misión.

Moisés y Aarón se reunieron con los ancianos de Israel y les revelaron las palabras y las señales que Dios les había dado. El pueblo de Israel creyó y adoró al Señor al escuchar que Él había visitado y visto su aflicción.

Este relato nos muestra que Dios capacitó y acompañó a Moisés en su misión, a pesar de sus dudas y limitaciones. Nos invita a reflexionar sobre nuestra propia responsabilidad y misión en el mundo. Como creyentes, también hemos sido llamados por Dios y capacitados por el Espíritu Santo para cumplir una obra en su nombre.

Así como Moisés y Aarón fueron valientes y obedientes, nosotros también podemos ser instrumentos en las manos de Dios para llevar su mensaje de liberación y esperanza a otros. Podemos confiar en que Dios estará con nosotros y nos capacitará para cumplir su voluntad, incluso en situaciones difíciles y desafiantes.

Por lo tanto, te animo a que reflexiones sobre tu propia responsabilidad y misión en el mundo. ¿Cómo puedes ser obediente a la voz de Dios y llevar su mensaje a aquellos que te rodean? No subestimes el poder y la capacidad de Dios en tu vida. Él puede usar tus habilidades y talentos para cumplir su propósito en el mundo. Así como Moisés y Aarón enfrentaron desafíos y dificultades, también podemos enfrentar obstáculos, pero debemos confiar en que Dios está con nosotros y nos proporcionará la fuerza y ​​la dirección que necesitamos.

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