Pandemia y escrituras: El conflicto cósmico revelado

El tema de hoy se llama «La pandemia a la luz de la Biblia». ¿Por qué es necesario volver a hablar sobre la pandemia desde una perspectiva bíblica? A lo largo de este año, hemos recibido mucha información sobre la pandemia, pero ¿realmente entendemos lo que está sucediendo y por qué está sucediendo? En este artículo exploraremos la definición de pandemia, revisaremos algunos ejemplos históricos de pandemias y analizaremos un relato bíblico relacionado con una situación similar. Pero primero, recordemos qué es una pandemia.

Según la Organización Mundial de la Salud, una pandemia es la propagación mundial de una enfermedad causada por un nuevo virus que afecta a la mayoría de las personas y para el cual no existe inmunidad previa. Los virus que han causado pandemias en el pasado suelen provenir de animales. Algunos ejemplos famosos de pandemias incluyen la Peste Negra en la Edad Media y la gripe española de 1918.

La Peste Negra fue la pandemia de peste más devastadora de la historia, afectando a Europa, Asia y África del Norte en el siglo XIV. Se estima que 80 a 200 millones de personas murieron a causa de esta enfermedad, lo que representó entre el 30% y el 60% de la población de Europa. Por otro lado, la gripe española fue una pandemia de gripe que se produjo en 1918 y afectó a personas de todas las edades y salud, causando la muerte de entre 20 y 40 millones de personas en solo un año.

Estos son solo algunos ejemplos de pandemias históricas, pero ¿qué nos dicen estos eventos sobre la pandemia actual y su relación con la Biblia? Encontramos un relato en el Segundo Libro de Samuel que podría arrojar luz sobre este tema.

En el capítulo 24 de 2 Samuel, encontramos que el rey David, quien había sido traicionado por su propio hijo Absalón, decide contar a su ejército para saber cuántos hombres tiene a su disposición. Este acto desagrada al Señor y su enojo se enciende contra Israel. Se nos dice que fue el Señor quien incitó a David a hacer este censo. Pero, ¿cómo es posible que Dios se enoje por algo que Él mismo ha incitado?

Si buscamos referencias en otros pasajes bíblicos, podemos encontrar respuestas a este dilema. Por ejemplo, en el libro de Crónicas, que es un relato paralelo a Samuel, se nos dice que fue Satanás quien incitó a David a contar a Israel. Esto nos muestra que el enemigo está operando en el conflicto cósmico y que Dios lo permite para mostrar el verdadero carácter de Satanás y su propia justicia.

En varios relatos bíblicos, vemos que Dios permite que sucedan cosas negativas para revelar la verdadera naturaleza del mal y demostrar su propio carácter de amor y justicia. Por ejemplo, en la historia de Job, vemos cómo Satanás prueba la fidelidad de Job y Dios permite que las dificultades lleguen a su vida para mostrar la verdadera fe de Job.

Entonces, ¿qué podemos aprender de todo esto en relación con la pandemia actual? En primer lugar, es importante recordar que Satanás es el autor del mal y que Dios permite que sucedan cosas negativas para llevar a cabo su plan de salvación y para demostrar su amor y justicia. No debemos culpar a Dios por las pandemias y las situaciones difíciles que enfrentamos, sino que debemos buscar su guía y protección en medio de ellas.

En Apocalipsis, se nos habla de un sello que se coloca en la frente de los siervos de Dios para protegerlos de los daños de los juicios. Esto nos muestra que, aunque podemos enfrentar enfermedades y dificultades, si estamos sellados por el Espíritu Santo en nuestras mentes y corazones, Dios nos protegerá y nos dará su recompensa.

Es importante recordar que, aunque estamos en medio de una pandemia y podemos enfrentar peligros y dificultades, somos el pueblo de Dios y podemos confiar en su protección y cuidado.

En conclusión, la pandemia actual puede ser entendida a la luz de la Biblia como parte del conflicto cósmico entre el bien y el mal. Satanás es el autor del mal y él incita la enfermedad y la muerte. Sin embargo, Dios permite estas situaciones para mostrar su carácter de amor y justicia, y para poner a prueba la fe y fidelidad de su pueblo. A pesar de las dificultades y los peligros que enfrentamos, si confiamos en Dios y estamos sellados por su Espíritu Santo, podemos tener la seguridad de que él nos protegerá y nos dará su recompensa. Que podamos encontrar consuelo y esperanza en la palabra de Dios y confiar en su plan para nuestras vidas en medio de esta pandemia.

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