Hoy en nuestro recorrido explicativo por las sagradas escrituras hemos llegado a la sección final del libro de Deuteronomio. En estos capítulos, que van desde el 31 hasta el 34, Moisés pronuncia su discurso de despedida y cede el liderazgo a Josué, hijo de Nun.
El capítulo 31 comienza con Moisés hablando al pueblo de Israel, diciendo: «Tengo ahora 120 años de edad y no puedo salir ni entrar». Moisés estaba en avanzada edad, habiendo vivido 40 años en Egipto, 40 años en Madián y los últimos 40 años peregrinando por el desierto. Además, el Señor le había dicho que no pasaría el Jordán.
En ese momento, Moisés presenta oficialmente a Josué como sucesor y le dice al pueblo que Josué pasará ante ellos como el líder que el Señor ha escogido. Josué ha estado con Moisés desde joven, acompañándolo en el Monte Sinaí y siendo uno de los doce espías que trajo el informe de la tierra de Canaán. Ahora, Dios le da la responsabilidad de dirigir al pueblo en la conquista de la tierra prometida.
Después de esto, Dios le habla a Moisés y le dice que Él irá delante de Israel y destruirá a las naciones en la tierra de Canaán. Dios exhorta a Moisés y a Josué a ser valientes y confiados, ya que Dios estará con ellos en todo momento.
Moisés termina de escribir las palabras de la ley en un libro y lo entrega a los levitas para que lo pongan al lado del arca del pacto del Señor. Estas instrucciones son dadas para que el pueblo de Israel las escuche y las cumpla a lo largo de los años, especialmente en el año del perdón de las deudas, cuando se debe leer la ley en presencia de todo el pueblo, para que todos la aprendan y la reverencien.
Moisés les advierte al pueblo de Israel que en el futuro se apartarán de Dios y adorarán a otros dioses, lo que provocará la ira del Señor. Moisés testifica sobre estas palabras y les dice que el cántico de Moisés será testigo contra ellos en ese momento.
El libro de Deuteronomio termina con Moisés hablando a todo Israel las palabras de este cántico y llamando al cielo y a la tierra por testigos.
En resumen, este capítulo marca el final del liderazgo de Moisés y el comienzo del liderazgo de Josué. Moisés exhorta al pueblo a ser obediente y fiel a Dios y les advierte sobre las consecuencias de apartarse del camino del Señor. Aunque Moisés no podrá entrar en la tierra prometida, Josué será quien lleve al pueblo a la conquista de Canaán.
En conclusión, el libro de Deuteronomio nos enseña la importancia de obedecer a Dios y permanecer fiel a Su palabra. Nos recuerda que Dios tiene el control de todo, conoce el futuro de antemano y nos guiará si confiamos en Él. Que este relato de Moisés y Josué nos inspire a ser valientes y confiados en nuestras propias vidas, sabiendo que Dios está siempre con nosotros.
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Dios te bendiga y te guarde. Que Su rostro resplandezca sobre ti y te conceda paz en tu caminar con Él.
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