En la guía de estudio de la Biblia , el equipo de Santabiblia.es nos presenta la lección titulada «El poder del Jesús exaltado». En esta lección, se explora el poder que hay en Jesús y cómo podemos experimentarlo en nuestras vidas.
El capítulo 1 de la carta a los Efesios, específicamente los versículos 15 al 23, nos muestra cómo el apóstol Pablo continúa su relato después de hablar sobre las bendiciones que hemos recibido como creyentes. Pablo expresa su gratitud por la fe y el amor de los creyentes en Éfeso, y continúa orando por ellos.
Pablo ora para que los creyentes puedan tener una mayor comprensión y revelación del poder que hay en Jesús. Ese poder se manifiesta en cuatro eventos importantes de la historia de la salvación: la resurrección de Cristo, su exaltación en el trono de Dios, la subordinación de todas las cosas a Cristo y su rol como cabeza de la iglesia.
Este poder divino nos muestra que en Jesús hay poder para transformar nuestras vidas. Aunque Pablo se enteró de que los creyentes en Éfeso estaban prosperando en su fe, él continúa orando por ellos, deseando que experimenten plenamente el poder y el amor de Dios.
En el capítulo 3 de la carta a los Efesios, Pablo vuelve a expresar su deseo de bienestar para la iglesia a través de la oración. Él dobla sus rodillas ante Dios, pidiendo que los creyentes puedan ser fortalecidos con poder en su interior y que puedan comprender la grandeza del amor de Cristo.
La oración es una parte fundamental de nuestra vida cristiana. Pablo nos muestra que la oración no solo es una tarea, sino también una actitud constante de gratitud y búsqueda de la presencia de Dios. Nos llama a orar sin cesar, estando siempre abiertos al poder y la guía divina en nuestra vida diaria.
La oración nos permite conectar con Dios, expresar nuestras necesidades y ser agradecidos por sus bendiciones. Es un momento para buscar su consejo y experimentar su presencia en nuestras vidas. A través de la oración, podemos tener un ministerio de intercesión, orando no solo por nuestras necesidades, sino también por las necesidades de los demás y por el bienestar de la iglesia.
Es importante recordar que la oración no es solo pedir, sino también agradecer. Debemos tomar tiempo para agradecer a Dios por sus bendiciones constantes en nuestras vidas. Al ser agradecidos en nuestras oraciones, reconocemos el amor y el poder de Dios en nuestra vida y fortalecemos nuestra relación con él.
En conclusión, la oración es un elemento vital en nuestra vida cristiana. Nos permite conectarnos con Dios, expresar nuestras necesidades, buscar su guía y agradecer por sus bendiciones. Siguiendo el ejemplo de Pablo, debemos orar sin cesar y recordar siempre ser agradecidos en nuestras oraciones.
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