En este contenido web, exploraremos el libro de Apocalipsis para comprender el significado de la gloria de Dios. A través de varios versículos, descubriremos cómo la gloria de Dios se muestra en su carácter y cómo podemos participar en revelar esta gloria al mundo.
Comenzamos en Apocalipsis 4:11, donde vemos a los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes adorando a Dios. Aquí, reconocen que Dios es digno de recibir gloria, honra y poder porque fue quien creó todas las cosas. Esto nos muestra que la gloria de Dios está relacionada con su obra de creación y su soberanía sobre todo.
Continuamos en Apocalipsis 5, donde se describe una escena de adoración alrededor del trono de Dios. En esta escena, vemos que el Cordero, que es Jesús, es digno de recibir poder, riqueza, sabiduría, fortaleza, honra, gloria y alabanza. Aquí, se enfatiza que el carácter y la gloria de Dios se reflejan tanto en el Padre como en el Hijo. Ambos son dignos de recibir adoración y alabanza.
En Apocalipsis 19, se nos presenta la segunda venida de Cristo, donde una multitud en el cielo proclama: «Alabad al Señor, salvación, honra, gloria y poder a nuestro Dios». Aquí, nuevamente vemos la conexión entre la gloria de Dios y su poder salvador. La gloria de Dios llena la tierra cuando Jesús regresa en gloría y majestad.
Por último, en Apocalipsis 21, se habla de la Nueva Jerusalén, y se dice que traerá la gloria y la honra de las naciones. Esto significa que la Nueva Jerusalén también tendrá la gloria del Señor. Aquí, se resalta que la gloria de Dios será eterna y se reflejará en su pueblo.
A lo largo de estos versículos, vemos cómo la gloria de Dios se relaciona con su carácter, su obra de creación, su poder salvador y su eternidad. También se destaca que la gloria del Padre es la misma gloria del Hijo, lo que nos muestra la naturaleza divina y única de Jesús.
Sin embargo, el conflicto entre el bien y el mal en el universo también ha afectado la reputación y la imagen de Dios. Algunas personas se atreven a juzgar y criticar a Dios, cuestionando su gobierno universal y su justicia. Aquí es donde entra en juego la vindicación de la reputación de Dios y la demostración de su carácter a través de las decisiones que tomamos como seguidores de Jesús.
Satanás, un ángel rebelde, ha declarado que Dios es injusto y ha tratado de engañar a muchas personas para que adoren a Satanás en lugar de a Dios. También ha enseñado a algunas iglesias que la ley de Dios es obsoleta y que restringe nuestra libertad. Pero debemos recordar que la ley de Dios refleja su carácter y es la norma moral para nuestras vidas. Guardar la ley de Dios es una expresión de amor y obediencia a Él.
La transformación de nuestro carácter y la revelación de la gloria de Dios en nuestras vidas no se pueden lograr por nuestros propios esfuerzos. Necesitamos la ayuda del Espíritu Santo en el proceso de santificación. Es a través de la obra del Espíritu Santo que somos cambiados y guiados hacia toda la verdad.
La gloria de Dios también se muestra en su bondad, misericordia y clemencia. Dios es paciente con nosotros y nos ama a pesar de nuestras fallas. Cuando permitimos que el Espíritu Santo transforme nuestro carácter, revelamos la gloria de Dios al mundo.
El mensaje central del Tercer Ángel es temer a Dios y darle gloria. Esto significa reconocer y honrar el carácter de Dios en nuestra vida diaria. Además, debemos recordar que no somos salvos por nuestras propias obras, sino por la justicia de Cristo. Nuestra transformación y la revelación de la gloria de Dios son obra suya.
En conclusión, la gloria de Dios está relacionada con su carácter, su obra de creación, su poder salvador y su eternidad. La gloria de Dios se revela a través de su pueblo transformado por el Espíritu Santo. Nuestro llamado como seguidores de Jesús es vivir de acuerdo con su voluntad y reflejar su carácter amoroso y abnegado en un mundo que lo necesita desesperadamente.
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