En este artículo web continuaremos nuestro recorrido explicativo por las Sagradas Escrituras, deteniéndonos esta vez en el Salmo 36 de David. Este salmo contrasta la misericordia de Dios con la depravación de los impíos. En los versículos del 1 al 4, se presenta una descripción general de la impiedad humana, mientras que los versículos del 5 al 9 expresan la hermosura de los atributos divinos de Dios. El salmo muestra las etapas de la degradación moral del ser humano: pecado en el corazón, pecado de palabras y pecado de acción. El escritor del salmo se describe como siervo de Jehová, lo que muestra su dependencia de Dios.
El salmo comienza con una descripción de la iniquidad del impío, quien desafía a Dios y no le muestra respeto ni reverencia. Esta falta de temor hacia Dios resulta en la iniquidad y en la complacencia en el mal. Aunque el pecado es parte de la condición humana, el impío se complace en él y cree que sus acciones están bien. Esto se debe a que vivimos en un mundo de maldad donde se justifica el pecado con la ética situacional. Sin embargo, esto está mal, ya que el pecado lleva a más pecado y afecta la vida de los demás.
El salmista también hace referencia a las palabras del impío, que son inicuas y fraudulentas. El impío ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien. Incluso en su cama, planea el mal y se obstina en el mal camino. Sin embargo, los malhechores caen y no pueden levantarse. El que hace mal, le irá mal. Es importante reconocer nuestras faltas y acercarnos a Dios para recibir su perdón y vivir de manera diferente.
En contraste con la depravación humana, el salmo exalta el constantísimo amor de Dios, su fidelidad y su justicia. Dios preserva al hombre y al animal, lo que demuestra su cuidado por toda la creación. Su amor y su justicia son inmensos como los montes y su luz nos muestra la verdad. Debemos depender de Dios y buscar su voluntad en nuestras vidas.
El salmo concluye con una petición al Señor para que continúe extendiendo su amor y justicia a aquellos que le conocen. Los rectos de corazón confían en la protección de Dios y son saciados abundantemente. Dios es el manantial de la vida y en su luz entendemos la verdad.
Este salmo nos invita a reflexionar sobre nuestras propias vidas y a buscar la voluntad de Dios. A veces, podemos pensar que estamos haciendo lo correcto cuando en realidad estamos equivocados. Debemos depender de la luz de Dios para entender su voluntad y vivir de acuerdo a ella. Dios desea lo mejor para nosotros, incluyendo nuestra alimentación y cuidado de la creación. Debemos transformar nuestra mentalidad y buscar vivir en comunión con Dios.
En resumen, el Salmo 36 nos muestra el contraste entre la depravación humana y la misericordia de Dios. Nos invita a reflexionar sobre nuestras acciones y buscar la voluntad de Dios en nuestras vidas. Debemos depender de la luz de Dios para entender la verdad y vivir rectamente. Que este salmo nos inspire a crecer en nuestra fe y buscar una vida en comunión con Dios.
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